Hablando de orejas…

Felipa Nery

En el marco del Congreso Internacional de Estudios Electorales que se celebra en Tabasco, el Consejero del Instituto Nacional Electoral, Marco Antonio Baños pidió a los partidos políticos, que por un acto de voluntad, regresen parte del financiamiento público. Interrogado sobre la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que declaró inconstitucional la reforma que realizó el Congreso local para disminuir en 50 por ciento el financiamiento público a los partidos políticos, el representante del INE manifestó que él estaba de acuerdo con esta modificación porque era una avanzada. Y fue más allá al manifestar: “Los partidos deberían dar un ejemplo y hacer una propuesta formal para disminuirse los recursos que tienen, a nivel federal se está pensando en una reforma legal, pero también algunos partidos se han manifestado que van a regresar dinero al erario, y estamos viendo esa situación con ellos”. La verdad es que no sabemos cómo este consejero electoral se atrevió a pedir a los partidos un acto de voluntad para disminuirse el financiamiento público, cuando ellos como consejeros electorales no estuvieron de acuerdo con la disminución a sus salarios, de acuerdo a la iniciativa del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que nadie podía ganar sueldos mayores a los jefe del Ejecutivo Nacional. El único consejero que estuvo a favor de la reducción salarial, fue José Roberto Ruiz Saldaña, todo los demás, incluido Marco Antonio Baños promovieron amparos ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para no reducir sus jugosos salarios por debajo del sueldo del Presidente. Hay que recordar, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la reforma que hizo el Congreso de Tabasco para reducir en 50% las prerrogativas a los partidos, por considerar que se violaban los artículos 41 y 116 de la Constitución federal que garantiza a los partidos financiamiento estatal para sus actividades ordinarias; es decir, que esta facultad para cambiar esta disposición, es del Congreso de la Unión y no de los congresos locales. La cuestión en este asunto en comento es, que el consejero electoral Marco Antonio Baños, se atreve a pedir a los partidos políticos que se reduzcan por voluntad las prerrogativas que por disposición constitucional deben recibir, en tanto que ellos como consejeros electorales, no hicieron lo que él señala, sobre la disminución de sus salarios, sino que como gatos boca arriba, se defienden para mantener los privilegios de los jugosos salarios que vienen obteniendo, salarios que son un insulto para la precaria situación desventajosa en la que viven millones de mexicanos, mientras que estos sujetos que se dicen ser los guardianes y encargados de organizar los procesos democráticos, se embolsan miles de pesos, haciendo como que trabajan a favor del país. Ellos no han tenido la voluntad  de reintegrar al erario público esos onerosos salarios que reciben, junto con otras prestaciones que les hace vivir a cuerpo de reyes durante el tiempo que tienen el encargo. Por eso tiene razón el Presidente Andrés Manuel López Obrador, al cuestionar no sólo sus salarios, sino el actuar y procedencia de los consejeros electorales, que han estado al servicio de quienes ahí los colocaron y no al servicio de la sociedad mexicana.