Necesitamos reencontrarnos

Felipa Nery

Ahora que se celebró el 209 aniversario del inicio de la Independencia de México de la Corona Española que durante 300 años nos mantuvo colonizados y sometidos, los mexicanos deberíamos aprovechar la ocasión para hacer una introspección en torno a quiénes somos, cómo somos y lo que aspiramos a ser; han pasado ya más de 200 años de esta independencia y los odios y resentimientos entre mexicanos no cesan, por el contrario hoy más que nunca están profundizados.  La lucha de independencia provocó ríos de sangre de indígenas y campesinos que asesinaban a gachupines sin ninguna compasión, en venganza a la humillación de la que fueron objeto; después el país se pacificó, pero quedamos divididos entre los liberales y los conservadores; después vino la Revolución de 1910 y la sangre volvió a correr, con el mismo odio y resentimiento, de pobres contra hacendados. Esos odios se mantienen al día de hoy entre mexicanos. No somos un pueblo unido, ni solidario. Existe mucha discriminación, sobre todo a los indígenas, a los discapacitados, nos hace falta mucha educación y cultura para auto explorarnos, perdonar y sacar las frustraciones que traemos en nuestro interior, la cual no nos permite aceptar y reconocer al otro con todas sus diferencias y también tenderle la mano a quienes no han tenido ni el coraje, ni las fuerzas, ni las mismas oportunidades para poder vivir una vida digna. Lo peor es cuando algunas de  estas discriminaciones, vienen de parte de personas que han tenido la oportunidad de asistir a las universidades a abrevar de otros conocimientos, que sueltan al público sus expresiones xenófobas hacia quienes no aceptan y ahora que contamos con redes sociales que llegan a todos los rincones del país y del mundo, este problema se exacerba; así, vimos a Donald Trump en Estados Unidos, promoviendo campañas de odio y discriminación hacia los indocumentados, para llegar al poder; pero lo mismo observamos en nuestro país, ahí está el caso de la piloto de Interjet, Ximena García, que después de observar la concentración del zócalo el pasado 15 de septiembre, dijo: “Debería caer una bomba en el zócalo… nos haría un favor a todos”… o también el caso del servidor público de un municipio de Querétaro, quien lanzó expresiones de descalificación contra Beatriz Gutiérrez, la esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador; y cuestión similar ocurrió con el ex coordinador de las Autodefensas en Michoacán, Mireles, quien llamó “pirujas”, a las mujeres; la piloto y el empleado de Querétaro, perdieron su empleo, en tanto que Mireles, sigue en el mismo, pero los tres se han retractado de sus dichos. El problema es que las palabras que se lanzan al aire, ya no se pueden recoger con una disculpa, por eso deberíamos de cuidar de no externar todo lo que pensamos, porque si lo pensamos y lo externamos, causamos daño, o incitamos al odio y ya es demasiado el odio que existe entre los mismos mexicanos, no necesitamos seguir agitando la hoguera, lo que deberíamos hacer es echarle agua para apagarla.