La Revolución Mexicana

Felipa Nery

Los mexicanos celebramos el pasado 20 de noviembre el 109 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, gesta heroica que encabezaron principalmente campesinos y obreros, por el reclamo de derechos sociales, pero sobre todo, en contra de la reelección de Porfirio Díaz, quien habría “triunfado” una vez más, en las elecciones constitucionales, para continuar al frente del Ejecutivo Nacional, luego del proceso electoral del 10 de julio en el que compitió contra Francisco I. Madero, por el período de 1910-1916. Ante la derrota que le había asestado Porfirio Díaz, quien tenía el control tanto de las entidades, como de las autoridades que se encargaban de organizar las elecciones, Francisco I. Madero lanzó el 5 de octubre de 1910, el Plan de San Luis, en el que llamó al pueblo mexicano a tomar las armas el 20 de noviembre, para terminar con la dictadura de Díaz, establecer elecciones libres y democráticas y ofrecía tierras a los campesinos. Fue hasta el 25 de mayo de 1911, cuando en el Congreso se presentó la carta de renuncia de Porfirio Díaz, argumentando que no conocía hecho alguno imputable en su contra que motivara la insurrección de “bandas milenarias armadas”, sin embargo respetaba la voluntad del pueblo para no “seguir derramando sangre mexicana, abatiendo el crédito de la nación, derrochando sus riquezas, segando sus fuentes y exponiendo su política a conflictos internacionales”. Para el mes de octubre del mismo año se celebrarían las elecciones extraordinarias, en las que resultó electo Francisco I. Madero, asumió el Poder el 6 de noviembre de 1911 y gobernó hasta el 13 de febrero, después de ser fusilados él y su vicepresidente José María Pino Suárez, ante un golpe de estado encabezado por Victoriano Huerta, quien era su jefe militar. Madero no habría podido contener el levantamiento armado que inicio en 1910, ni pudo atender las aspiraciones de cambio social que él ofreció y que continuaban reclamando los líderes revolucionarios, como Emiliano Zapata. La revolución duró unos diez años y cobró la vida de centenares de personas a lo largo y ancho del territorio mexicano. La lección mexicana, parece que no la han aprendido muchos presidentes latinoamericanos que después de llegar al poder mediante un proceso democrático, se quieren perpetuar en el poder, considerando que sólo ellos tienen la capacidad para gobernar y mejorar las condiciones de un pueblo. Los hechos que ocurrieron en 1910 en México, son una película que se repiten casi con exactitud ahora en Bolivia, donde Evo Morales realizó un gobierno de resultados económicos muy satisfactorios para los bolivianos, pero su ambición por el poder y el considerarse indispensable, lo llevó a cometer el error de postularse por un período presidencial más, a pesar de que en una consulta al pueblo, le habían dicho ¡No!, a un mandato más, pero como él tenía el control de los órganos electorales, se habría reelecto por seis años más, pero su adversario electoral, Carlos Meza llamó al pueblo a salir a las calles a protestar por la reelección de Evo, y ahí tenemos ahora los resultados, el pueblo boliviano está en una revuelta, enfrentados, donde hay muertos, crisis alimentaria y graves problemas de gobernabilidad. Lo que es no aprender de la historia.