José Martínez
Desde finales del mes de noviembre arrancó el proceso de consulta pública a las comunidades indígenas por donde pasará el llamado Tren Maya, uno de los proyectos emblemáticos de la administración federal que busca equilibrar el desarrollo del sureste con la del norte del país. Un acto de justicia, no de privilegio ha señalado el presidente de México.
El proyecto busca por un lado dar un nuevo desarrollo de la cultura maya que floreció en esta región, conectar diversos puntos del sureste para el intercambio de productos y detonar el desarrollo de la región mediante uno de los sistemas de transporte más amigables con el ambiente. El mismo que recorrerá poco más de 1500 kilómetros de vías férreas desde Chiapas hasta Quintana Roo, transportando turistas en el día y carga en la noche.
El proyecto ha tenido muchos obstáculos desde que se presentó a finales del año pasado. No por las comunidades que habitan en los estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, a quienes en consulta han aceptado la realización del proyecto.
El rechazo y cuestionamiento, muchas veces sin argumentos válidos, vienen de personas que no viven en la zona y no conocen sus necesidades, donde una vía de comunicación puede hacer la diferencia para la entrada y salida de mercancías y productos locales a otros mercados regionales e internacionales.
Muy al contrario, son diversas las voces, no solo nacionales, que ha aprobado el proyecto que tendrá una inversión de cerca de 8 mil millones de dólares entre capital privado y público. En respuesta a las diversas manifestaciones en contra, el Congreso de la Unión decidió abrir la discusión a nivel de terreno.
Se realizaron diversos foros estatales con la participación de académicos, legisladores y representantes de la sociedad que de forma conjunta aportaban opiniones respecto a las obras planteadas dentro del proyecto.
A estas acciones sumó la decisión del titular del Poder Ejecutivo federal de consultar de forma directa a las comunidades por donde transitará la máquina que se moverá con energía renovable.
Si la gente no acepta, el proyecto no se realiza, había anunciado el tabasqueño para demostrar el respeto que mostraría ante una negativa.
El proceso inició a finales del mes pasado y culminó este fin de semana. En su segundo día pudieron acudir a las urnas habitantes de los municipios de Emiliano Zapata, Tenosique y Balancán.
El resultado fue un sí contundente al proyecto en las entidades en que se realizó este ejercicio democrático nunca antes visto en México. Los datos oficiales difundidos el día de ayer muestran que el 92.3% de los participantes dijeron sí al proyecto.
Ya los funcionarios a cargo del proyecto han anunciado que en el mes de enero del próximo año se lanzarán las primeras licitaciones. Política y socialmente no hay nada que lo pare. Lo que sigue debe apegarse a las leyes locales y nacionales aplicables. El proyecto debe cuidarse y realizarse de forma transparente, no está por demás recordarlo.
HABERES
El gobernador del estado, Adán Augusto López Hernández, sugirió a la Comisión Federal de Electricidad implementar una política de conciliación ante la advertencia de zonas indígenas que aún se mantienen en resistencia civil. No obstante, el mandatario estatal insistió a la población a suscribir el convenio Adiós a tu deuda, pues advirtió que entre menos recursos ingresen a la CFE no se pueden llevar a cabo trabajos de modernización en el sistema de suministro eléctrico.
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