Primer lugar en ciberacoso

Felipa Nery

Habrá que recordar, que Tabasco mantiene el primer lugar en desempleo desde hace varios años, a partir de la caída de la producción petrolera, principalmente, cuando las personas perdieron su trabajo, por miles, porque trabajaban en empresas que estaban ligadas de forma directa a la actividad petrolera, o bien de forma indirecta. La cuestión es que este problema del desempleo nos ha provocado severos conflictos sociales, que nos llevó desde la anterior administración gubernamental, a ser primer lugar en secuestro, primer lugar en robo con violencia, robo a transeúntes, robo a domicilios, robo de ganado, y en los últimos meses además, ha aumentado la violencia intrafamiliar, la violencia contra la mujer, las violaciones a mujeres y niños. Ahora también el INEGI nos dice que somos primer lugar en el país, en ciberacoso, a través de las redes sociales. Lo anterior, nos llevaría a señalar, que la ociosidad es la madre de todos los vicios, porque mientras la gente no está ocupada, en vez de pensar en acciones que les permitan superar el desempleo, o cultivarse en alguna actividad que les reditué beneficios, sólo están pensando en la maldad, en cómo hacer daño a otros. Sin duda, el ocio entre personas sin educación, ni cultura, ni espíritus de superación, los lleva a cultivar en sus cerebros sólo perversidades, en tanto que el ocio en personas que han alcanzado niveles educativos o culturales, sociales, éticos y morales más altos, los puede convertir en creadores, en emprendedores, pues según dice Bertrand Rusell: “Sin la clase ociosa, la humanidad nunca hubiese salido de la barbarie”, fue precisamente esa clase que antes se había cultivado en la educación, en la lectura, lo que los llevó a descubrir las ciencias, escribir libros, a filosofar para encontrar una mejor forma de vida, sobre todo para aquellos que vivían en la opresión por parte de los reyes que se decían enviados de Dios y en su nombre cometían todo tipo de atropellos en contra de la población. Con esto, Rusell nos reafirma, que el ocio sin educación, sin cultura, sin valores, sólo lleva al pueblo a la destrucción, no a pensar, ni a idear la forma de construir mejores oportunidades para salir de la difícil situación en la que se encuentren viviendo, porque no saben ver las oportunidades en la adversidad, porque no se han cultivado para ello.  Por lo tanto, es necesario que sociedad, gobierno, empresarios,  organizaciones civiles, la iglesia y todos los que tengan posibilidades de hacerlo, nos sumemos para orientar a aquellos que hoy están perdidos en la ociosidad y se convierten en un peligro para los demás, porque como hemos dicho, mientras no haya paz, nadie puede vivir tranquilo. Se requiere de la armonía para que pueda haber inversiones que generen los empleos que permitan a estos desempleados ocuparse, para que no estén utilizando el poco ingenio que tienen, para hacer el mal a los demás. La tarea, es de todos y entre más pronto nos sumemos, mejor.