El presidente francés Emmanuel Macron justificó las nuevas restricciones implementadas en el país para limitar la propagación del coronavirus al tiempo que los dueños de restaurantes y bares obligados a cerrar sus negocios manifestaron su indignación por las medidas.
La situación del virus en las ciudades francesas más pobladas es “seria y preocupante”, señaló Macron en declaraciones difundidas el lunes por el vocero del gobierno, Gabriel Attal.
Las nuevas restricciones se concentran en áreas donde, de acuerdo con las autoridades sanitarias, se registra una propagación de COVID-19 “veloz y considerable”, dijo Attal.
Los bares y restaurantes de Marsella, la segunda ciudad más grande de Francia, cerraron el domingo por la tarde por al menos una semana, lo que generó protestas contra la medida gubernamental.
El ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, prometió a los propietarios de negocios que “permaneceremos a su lado y seguiremos implementando medidas que les permitan superar este momento extraordinariamente difícil”.