NADA POR ENCIMA DE LEY DEBE SER LEMA DE LOS GOBIERNOS LOS GOBIERNOS

Luis García

«No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo»

Voltaire.

Para nadie es desconocido el pleito que tiene el presidente de México López Obrador con Carlos Loret de Mola y el grupo Latinus que es una plataforma que ha comenzado a tener importante afluencia de seguidores, desde su creación y precisamente por los enfrentamientos constantes que tiene el mandatario de la Nación con ellos y digo tiene porque mientras los otros están “cumpliendo con su misión de informar”, el jefe del Ejecutivo está cumpliendo con su dosis exagerada de desgaste físico y mental en contra del grupo que según ellos encabeza Roberto Madrazo Pintado.

Sin embargo, el vaso que derramó el agua fueron las declaraciones presidenciales de la semana pasada donde en plena mañanera, el espacio que se ocupa para informar a la sociedad de las acciones que realiza el gobierno federal y sus funcionarios, el presidente dio a conocer el monto que gana su más temible enemigo periodísticamente hablando, porque no quiero pensar que sea más allá de eso, el mismo López Obrador ha dicho que no odia a nadie. Pues bien, nos dice que el monto de lo que recibe ese comunicador es de 35 millones de pesos brutos anuales, cuando él solo recibe dos millones once mil pesos por el mismo periodo.

La denuncia es interesante, hace pensar en muchas cosas, pero el Ejecutivo no puede andar dando a conocer cuánto gana un particular, sino es con la anuencia de la persona afectada. A menos claro, que tenga alguna “cuenta” con la autoridad correspondiente, ya sea Hacienda o la Fiscalía, eso está legalmente señalado en la Constitución.

Pero además esa declaración o información generada oficialmente pone al periodista como un blanco directo de la delincuencia organizada o no organizada. Eso lo sabe el mandatario, lo saben todos los que ayudaron a armar esa pésima estrategia.

Porque no mejor le pidieron a Hacienda que investigará de donde saco Loret esas cantidades. Si una gran parte del recurso salió de Televisa tiempo después de que el comunicador dejará de trabajar en la empresa, pues la respuesta es muy sencilla y es válida en empresas de comunicación, son: o pagos que le debían con anterioridad, o pago por publicidad que tenía y que no le habían liquidado. Y una tercera, es que sigue trabajando haciendo otras actividades. Los super asesores del mandatario no lo pensaron. Imagínense a Emilio Azcárraga Jean diciendo: “haber páguenle a Carlitos, once millones de pesos, porque está haciendo buen trabajo golpeando al presidente”. Nunca sucederá.