Luis García
Platicaba con dos amigos muy queridos, destacados en la comunicación y el periodismo, sobre lo que está sucediendo en estos momentos con los medios tradicionales que se enfrascan en continuar con las mismas recetas de hace 20 años, cuando lo que se está viendo es una situación totalmente distinta.
No podemos dejar de pensar en la inmediatez informativa donde las grandes corporaciones periodísticas están participando, dejando a los otros como simples divulgadores de contenidos que se generan en el espacio digital. Existen aún quienes piensan que la sociedad sigue consumiendo el mismo producto que le entregaban hace algunos años, cuando el debate real se encuentra en las redes sociales y los medios digitales.
Dialogar sobre la situación que vive la comunidad europea, por la guerra en Ucrania donde Rusia ha demostrado su poderío no solo en el espacio ucraniano, sino más allá del continente europeo, nos obliga a tener que voltear la mirada a los medios del mundo, porque en los locales, no podríamos encontrar elementos suficientes para reflexionar en torno de como nos puede afectar esa guerra que vemos tan lejana, pero que a la vez está tan cerca de nosotros.
Es cierto, los misiles o acciones bélicas no nos alcanzan, pero si el resquemor de las fuerzas dominantes, esto es, Norteamérica o Rusia. Está última está buscando aliados para justificar las acciones bárbaras que está realizando en Ucrania. México no ha decidido por ninguno de los dos bandos, se han mantenido neutral respetando con ello la política exterior que marca la no intromisión.
Nos dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que en la conducción de la política exterior el presidente de la República observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.
Con ello se podría asegurar que el mandatario mexicano se encuentra en medio de presiones internacionales, pero que ha sabido llevar su barco de manera tal que no ha tomado partido y menos aún aceptado presión por ninguna de las partes, pese a que su vecino desde diversos frentes le ha estado mandando mensajes. López Obrador ha fijado una postura no escrita de no llevar las relaciones internacionales al borde del abismo, pues sabe lo que ello significa.
Podemos decir entonces que en materia de política exterior México ha jugado muy bien sus cartas, pues ha dado su punto de vista al mandar el mensaje de que no somos colonia de nadie, ni tierra de conquista. Mensaje que ha dado resultado en la percepción de los países que refieren: “cuidado con el presidente azteca porque no se deja y menos permite que quieren marcarle línea”.
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