Luis García
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), nació en 1929, teniendo como premisa principal el aglomerar las grandes masas populares del México de ese momento, pero que además se encontraba en proceso de formación y el país vivía momentos sumamente difíciles pues la Revolución Mexicana estaba reciente apenas, 19 años atrás. Fue el ex presidente de México Plutarco Elías Calles quien operó para formar lo que entonces se llamó Partido de la Revolución Mexicana (PRM), pues los distintos movimientos sociales, estaban provocando un gran rompimiento que podría terminar en una situación incontrolable para el gobierno encabezado por Emilio Portes Gil, que por cierto reconocía a Elías Calles como el jefe máximo o el poder tras el trono.
Ante ello el gran operador de México, el expresidente Elías Calles junto con un grupo de allegados realizaron toda la estructura para crear el primer gran partido de México cayendo la responsabilidad en Manuel Pérez Treviño de ser el primer presidente de ese instituto político, siguiéndole una cantidad de políticos que acumularon hasta la actualidad un número de 55 dirigentes, mismos que en algunos casos, duraron horas y otros meses o un año.
El propio expresidente Emilio Portes Gil fue dirigente del partido durante seis meses para entregarle el cargo al general Lázaro Cárdenas del Río que estuvo poco menos de un año al frente del organismo entregándole de nuevo a Manuel Pérez Treviño que duro más de dos años. Fue en la dirigencia de Silvano Barba González cuando el PNR cambia de siglas para ser el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), en 1938 y en 1946 nace lo que hoy conocemos como Partido Revolucionario Institucional (PRI), en la dirigencia de Rafael Pascacio Gamboa, ex gobernador de Chiapas.
El PRI nació para mantener el poder hegemónico, para aglutinar masas, por ello creo tres grandes organizaciones. La CNC (Confederación Nacional Campesina), que tenía como objetivo la agrupación de todos los campesinos y áreas rurales del país con la promesa de un México igualitario y el desarrollo pleno del campo. La CTM (Confederación de Trabajadores de México), con el objetivo principal de aglutinar a todos los sindicatos y trabajadores de la República, con la promesa de apoyos a la clase obrera. Y la CNOP (Confederación de Organizaciones Populares), ahí cabían todos los organismos urbanos de la nación, desde médicos, ingenieros, profesores, contadores, amas de casas, padres de familia. Era sin lugar a duda una gran familia, enorme familia, donde el control estaba desde el Estado mismo.
De esa manera Elías Calles logró controlar todos los movimientos sociales que se estaban gestando en el interior de la República, pues además estas organizaciones adheridas al PNR tenían como concesión la posibilidad de llegar, sus lideres, claro, a ocupar cargos públicos o populares, como diputaciones federales, locales, senadurías, regidurías y porque no, gubernaturas. Y con ello el control total en un país que apenas florecía y que a la larga sería una gran Nación y donde este partido participó activamente con la creación de organismo para la atención de la ciudadanía.
Pero además, el partido tricolor logra así retener el poder apoyado en los tres grandes divisiones de poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Nada se movía si no era autorizado por el Poder Ejecutivo donde residía el control del país, así ha sido siempre y por cierto, sigue siendo en la actualidad, nada ha cambiado solo que el “gran partidazo” ya no está en el poder, sino una corriente salida de el. O sea, los que forman el nuevo PRI del siglo XXI.
Pero a que viene esta remembranza de lo que fue el otrora partido en el poder, PRI, bueno porque la semana pasada se dio la muerte real del tricolor. Algunos dicen que fue en el 2000, otros que, en el 2018, la realidad en lo particular es que se dio la semana pasada cuando el dirigente nacional de ese partido el tristemente celebre, Alito Moreno Cárdenas, entregó la plaza o lo que quedaba de ella. Acordó apoyar a la panista Xóchitl Gálvez para la presidencia en la alianza conocida como el Frente Amplio por México. Pues al conocer que las encuestas no favorecían a su candidata Beatriz Paredes, decidió que no se hicieran las elecciones donde el pueblo o los seguidores de los partidos, PRD, PRI y PAN votarían por cualquiera de las dos participantes.
Ante ello Beatriz Paredes Rangel, tuvo que salir a levantarle la mano a su contrincante panista, sin haber elecciones internas. Provocando que por primera vez en la historia el PRI no tenga representante en una elección presidencial. Claro de acuerdo a sus estatutos, este partido podrá decir que, sí tienen y que se llama Xóchitl, pero ante el pueblo de México y ante su militancia, la de carne y hueso, que está en las comunidades, fallaron.
Pobre PRI, tan cerca de Dios y tan lejos del poder.
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