Marichuy Castillo
“En verdad quien ama la sabiduría, halla la vida y el favor de Dios”
Tabasco, al igual que el Sureste del País, es una región de temperaturas altas. En antaño, la costumbre al caer la tarde las familias era salir a tomar el fresco, hasta que llegaban los mosquitos. Será cuestión de menos de unos cincuenta años que debido al incremento de la delincuencia, está tradición no dejó otro remedio que encerrarse desde temprano – aún muchos nos resistimos a meternos -. Las primeras bandillas eran los arteriales y los mariguana, quienes eran conocidos en las comunidades, rancheras, los municipios y las colonias, tenían la “decencia” de no robar en los lugares donde vivían, sino que se iban a otras localidades.
Con la modernidad y la globalización, llegó nueva maleanteada. El rimbombante crimen organizado, de tan bien organizados, sedujeron a muchos que se metieron a este mundo, ya que otras formas de vida estaban muy desordenadas. Y así, en hechos aislados, comenzaron los secuestros, arrebata bolsas, arrancadas de cadenas, amenazas con cuchillos y pistolas -a veces, incluso de juguete-. Y de allí, pasaron a ser de profesionales, los bolsos fueron cambiados por vehículos desde tráileres a hasta vehículos particulares de modelos recientes.
Pero ya no bastó con eso, sino que las bandas bien organizadas, ávidas de poder, extendieron sus cabezas y cual hidra de mitología griega, porque, al perder uno de sus miembros, renacen varios.
Nuestro estado, no es una isla y tiene abundancia de riqueza en todos los sentidos, por eso, los últimos acontecimientos, dos en menos de un mes, no puede hacernos insensibles. La sociedad debe continuar exigiendo a las autoridades cumplan con la responsabilidad que les toca, la gente quiere resultados. Hay zoquetes que pasado un evento como los acontecidos en Tabasco, informan que todo está bien, que en los recorridos que se efectúan, la gente está feliz. Claro, la vida tiene que seguir en sus rutinas, y la gente trabajar, salir a hacer sus compras, no puedes decir lo mismo del momento en que se dan los hechos.
De testigos. Y son los hechos los que hablan. La a Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2023 del INEGI, resalta que los delitos más frecuentes en Tabasco fueron el robo o asalto en la calle o en el transporte público (6 224 delitos por cada 100 000 habitantes), robo a casa habitación (2 412 delitos por cada 100 000 habitantes), robo a negocio (1 652 delitos por cada 100 000 habitantes). No obstante, estos delitos son los que se han denunciado, y el dato respecto a las denuncias en que en nuestra entidad, solo el 10.2% de las personas acuden a las autoridades para dar fe de los delitos que sufren. Finalmente, la percepción de inseguridad en Tabasco establece que el 50.2% de la población de 18 años y más considera que vivir en su entorno más cercano es inseguro. Datos y cifras para enfrentar lo que viene, además de que ya es tarea de quien vaya a ocupar el nuevo cargo de Seguridad Pública.
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