FELIPA NERY
Triste sin duda, es la historia de la mujer que llegó a convertirse en la dirigente del sindicato más poderoso de América Latina, el Sindicato Nacional de Trabajadores al Servicio de la Educación. Doña Elba Esther Gordillo Morales, quien era reconocida por su arrogancia, su soberbia, sus lujosas residencias, sus costosísimos vestidos de las mejores marcas, sus bolsas, zapatos, sus cuadros de pintores famosos, sus viajes en avión particular, ha sido exhibida ya como una mujer derrotada, dominada, quien hoy pide a sus acusadores que le permitan atención especial a su salud y a su alimentación, porque dice ser una mujer enferma del único riñón que tiene –porque el otro lo donó, y lo dice, para parecer una mujer dadivosa y caritativa, capaz de desprenderse de uno de sus órganos para salvar una vida-, sin embargo, hace un par de meses cuando unos periodistas la entrevistaban y le preguntaban su estado de salud y que si por fín dejaría el SNTE, porque supuestamente estaba enferma, ella reviró al periodista preguntándole ¿cómo me ves?, a la vez que reafirmaba que ella estaba muy bien. La mujer que se decía guerrera, y como tal moriría, se le vió tras la rejilla de prácticas con mirada perdida, sin atender en ocasiones lo que el secretario judicial le decía, mismo que le advertía que se le acusaba de los delitos de delincuencia organizada y de realizar operaciones financieras con recursos de procedencia ilícita, delitos que no le permiten alcanzar la libertad bajo caución, por lo que pasará, por lo menos los próximos dos años de su vida detrás de las rejas, mientras que se le siguen los procesos judiciales y cumple los 70 años de edad, para que el juez valore la posibilidad de que continúe en prisión preventiva en su domicilio, pero eso estaría por verse, porque esto podría aprobarlo el juez, cuando se tratara de una persona que no se pueda sustraer de la justicia, y que no represente peligro social, aunque también el precario estado de salud, podría ser otra causal para mandarla a su casa. Hasta ahora, eso no ocurre, porque aunque ella se ha presentado como una mujer con enfermedades, son los médicos del centro de readaptación de Santa Marta Acatitlán, los que habrán de valorarla y decidir sobre su estancia en el reclusorio, o si la envían a un hospital, lo que significa, que doña Elba continuará durmiendo los últimos días de este invierno en una cama de piedra con una colchoneta en el reclusorio donde no pensó jamás pasar ni uno sólo de sus días de vida, porque su soberbia, no le alcanzó para pensar en eso, todavía cuando era detenida en el aeropuerto, amenazaba diciendo: “no saben la que les voy a armar”, refiriéndose con seguridad a que podría provocar desestabilidad al gobierno sacando a los maestros de su gremio a las calles del país a protestar por su detención. Sin embargo, el SNTE, hoy tiene nuevo dirigente y presidente nacional, Juan Díaz de la Torre, quien sólo le ha expresado su solidaridad a doña Elba; así es que aquella amenaza que también ya la había hecho al gobierno a través de una entrevista a El País, de que al gobierno mexicano no le convenía meterse con ella porque significaba la estabilidad del país, don Enrique Peña Nieto ya la tenía bien ponderada y tomado sus precauciones; hasta ahora, las cosas no le han salido mal al Presidente de la República, porque no ha habido una voz importante que haya salido a protestar en contra del gobierno por esta decisión adoptada.
De todo un poco
Y antes de que él muera y los “buitres” sigan acabando con la iglesia católica, Benedicto XVI decidió retirarse en viva del pontificado, para que desde su retiro pueda procurar que el nuevo representante de San Pedro, sea un clérigo realmente comprometido con la iglesia, no un hombre que persiga sólo fines de poder y gloria que da el ser Papa de Roma.