JUAN CARLOS REYES TORRES
“Francisco quiere una Iglesia pobre y para los pobres”Claudio Hummes, Arzobispo de Sao Paulo
La Iglesia católica no tiene una naturaleza política sino espiritual, el Papa -sin embargo- goza de una doble condición: política y espiritual. El Papa es el Jefe del Estado Vaticano, y es el guía espiritual de la comunidad católica mundial, la cual se compone por más de mil millones de fieles. El peso específico que sustenta el Papa, como líder político -en la esfera mundial- es inconmensurable.
Sus discursos, sus sermones, tienen una repercusión política poderosa debido a la fuerte carga moral intrínseca en estos. El martes 19 de marzo el Papa Francisco ofrecerá una Misa, con motivo del inicio de su Pontificado, a esa ceremonia eucarística acudirán Reyes, Príncipes, Presidentes, Jefes de Estado provenientes de más de 150 naciones. México estará representado en ese histórico encuentro por el Presidente Enrique Peña Nieto.
La elección del Jesuita Jorge Mario Bergoglio, Obispo de Buenos Aires, tuvo repercusiones inmediatas en todos los continentes: Shimón Péres, Presidente del Estado Judío, celebró la elección del nuevo Papa y adelantó que el Papa Francisco traerá consigo un espíritu de esperanza y de paz. En China, a pesar de que los chinos no sostienen relaciones con el Vaticano felicitaron al nuevo Papa y pidieron que la Santa Sede sostenga una actitud flexible y pragmática para mejorar los lazos entre Roma y Pekín.
Hacia el interior del Vaticano, en la política interna, la elección de Jorge Mario Bergoglio fue sorpresiva, las intrigas palaciegas del Cardenal Sodano no fueron suficientes para cambiar el sentido de la votación cardenalicia. Ratzinger debe estar jubiloso por el curso de los acontecimientos. Esa curia ambiciosa, corrupta y malsana se irá de Roma.
En el mundo espiritual, en la vida religiosa del catolicismo, el arribo de Francisco es un acontecimiento lleno de esperanza: un hombre de origen humilde, sencillo al extremo, que viaja en metro y camión, contesta personalmente las llamadas telefónicas, se cocina y es aficionado al fútbol. Un hombre que inspira su apostolado en San Francisco de Asís. Un Líder firme en sus convicciones que defiende su punto de vista independientemente del tema a tratar: las islas Malvinas, el aborto, la homosexualidad, la opulencia, la acumulación irracional de riqueza.
Es un Jesuita, sólidamente formado, disciplinado, austero. Enfocado a la evangelización. Como creyente me llena de entusiasmo conocer su pastoral en la voz de Traslosheros: “Francisco es un digno representante de la ortodoxia propositiva de la Iglesia sin ambigüedades. Profundamente cristocéntrico y mariano, valora con gozo la riqueza de la religiosidad popular. Habla con firmeza de los temas innegociables, cree en la opción preferencial por los pobres y denuncia por igual las injusticias del neoliberalismo como los abusos del populismo”.