FELIPA NERY
“La claridad, es el barniz de los maestros”. Marqués de Vauvenargues)
El atentado que vivieron los estadounidenses hace unos días en la ciudad de Boston, cuando concluía una tradicional carrera, mismo que dejó tres personas muertas y decenas de heridos, fue producto de la frustración, del odio, del resentimiento, aborrecimiento y fracaso en el que vivían estos jóvenes chechenos, principalmente el mayor de 26 años de edad que fue abatido por la policía. Ambos eran hijos de un matrimonio que emigró de Chechenia, hacia los Estados Unidos de Norteamérica, cuando ese país vivió una cruenta guerra en los años noventas, su padre era un mecánico, que desempleado y enfermó, ya se regresó a su país, su madre, una mujer que según reportes de las autoridades, había tenido problemas con la justicia, acusada de robo de ropa a una negociación; en tanto que el mayor de los jóvenes que perpetraron el crimen, era un joven que practicaba el boxeo, que llegó a Estados Unidos como miles de los que llegan a ese país, con la ilusión de triunfar y hacer dinero; sin embargo, no lo logró, era un desempleado, que algunas veces había tenido problemas por las drogas; estaba casado y tenía una hija de tres años de edad. incluso, Rusia le había recomendado al FBI de Estados Unidos que tuviera cuidado con este joven, porque era simpatizante de algunos grupos subversivos; el FBI lo entrevistó y no encontró nada anormal en él, se confiaron y ahí tuvieron los resultados, de este muchacho que por sus frustraciones también arrastró a su hermano de 19 años de edad, estudiante de la carrera de medicina, a cometer este hecho violento en contra de una población que disfrutaba de un espectáculo deportivo. Nos hemos preguntado, cuántos jóvenes como éstos que cometieron este acto terrorista andan por las calles del vecino país del norte, y también de nuestro país?. Sin duda que son muchos, miles de jóvenes que no encuentran una oportunidad de un empleo bien remunerado, incluso aquellos que han pasado muchos años de su vida cursando una carrera universitaria, y cuando salen con su título bajo el brazo para ir a solicitar un empleo, cuando suelen encontrar una vacante, lo primero que les piden es experiencia, misma que no tienen, pero que también ellos nos han adquirido, porque cuando realizaron su servicio social no se emplearon en lo que estudiaban, o también no se quedan, porque los salarios son muy bajos y ellos tienen necesidades mayores de los sueldos que les ofrecen, y entonces prefieren no aceptar el empleo, porque el sueldo es muy bajo, y siguen quedando sin nada; y así se la van llevando, de frustración en frustración, por no tener una buena oportunidad de demostrar su capacidad, y entonces empiezan a llenarse de resentimientos y odios contra los demás. Esto ocurre cuando los jóvenes han tenido la oportunidad de estudiar una carrera, que no son las mayoría, vaya usted a saber todo lo que le revolotea en el cerebro a todos aquellos jóvenes que no fueron a la preparatoria, ni a la universidad, y que además, no tuvieron rigor de sus padres, que se salen a la calle día y noche y su familia no saben qué hacen, ni con quienes se juntan. Atender los problemas de la juventud, es responsabilidad del Estado y primordialmente de sus padres. Tenemos que actuar con mayor responsabilidad, para evitar las frustraciones de los jóvenes y que estas se reviertan en contra de la sociedad, porque finalmente, todos saldremos perdiendo.
De todo un poco
La tradicional Feria, la fiesta más grande del pueblo tabasqueño, ya está en puerta, el pasado sábado fue la imposición de la banda a las 17 embajadoras y ayer domingo se celebró el tradicional desfile de carros alegóricos, el pueblo vive un relax, esperemos así sea, que esta semana no hayan sobresaltos entre los ambiciosos de la política.
