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LA ESTRATEGIA NACIONAL DE ENERGÍA

JUAN CARLOS REYES TORRES

“Un Estado eficaz para una democracia que de resultados” Enrique Peña Nieto

La semana pasada afirmamos que el Congreso mexicano está cambiando, va por la ruta correcta. En efecto, el titular del Ejecutivo Federal envió al Congreso para su aprobación la Estrategia Nacional de Energía (2013-2027) contenida en un documento formidable de 74 cuartillas, bien elaborado, claro, con fuentes de investigación documentadas, gráficas, tablas, elementos de política pública comparada, líneas de acción definidas, un tablero de indicadores estratégicos y metas precisas.
La Estrategia fue aprobada, el trabajo del diputado Marco Antonio Bernal fue contundente, puso de acuerdo a la izquierda, la derecha y el centro democrático. La ENE define el futuro energético y ambiental de México, reconoce la necesidad del establecimiento de compromisos normativos sobre transición energética y mitigación. Aborda el inaplazable tema del cambio climático.
Sobre la ENE destaca la opinión favorable del reconocido experto Dr. Mario Molina quien señala las bondades de política que contiene: “el documento ofrece una visión acertada del sector y da respuestas amplias a los retos del país; apuesta por una diversificación energética en la cual la mezcla exacta está aún por determinarse”.
El Doctor Molina expresa que  “la ENE introduce suficiente flexibilidad para que el país pueda transitar los próximos años hacia la matriz energética de bajo carbono de una forma eficiente y sobre todo para poder administrar los costos de hacerlo. Busca aprovechar todas las oportunidades incluyendo el gas de lutitas, la geotermia y el gran potencial de energías renovables. También  incluye la opción nuclear, y, de manera destacada, reconoce la importancia de aumentar la eficiencia energética”.
La ENE establece claramente su vocación por una inclusión social energética al reconocer que “la identificación del asentamiento de la demanda permitirá ubicar la infraestructura de producción de combustibles y generación de electricidad, así como de transporte y transmisión que amplíen la cobertura de la oferta, calibren los precios y tarifas de menor costo, y calculen los márgenes que permitan la reinversión en la expansión de los servicios. Asimismo, permitirá identificar las localidades y grupos para quienes se justifique el otorgamiento de apoyos económicos, y establecer programas de ayuda en su beneficio, para -de ese modo- mejorar los estándares de vida de la mayor parte de la población”.
La Estrategia Nacional de Energía deberá evaluarse, recrearse con el paso del tiempo de tal suerte que el Gobierno federal focalice subsidios y garantice una economía en crecimiento pero con bajo consumo de carbono.