FELIPA NERY
“El trabajo aleja de nosotros los tres grandes males existentes en el mundo: el aburrimiento, el vicio y la necesidad.” (Voltaire)
En una fresca mañana del sábado 4 de mayo, unos cinco días después de haber cumplido 54 años de edad, José Same Yabur Elías bajó a la tierra, sus restos mortales quedaron sepultados por la eternidad en el panteón central de Villahermosa. Falleció la madrugada del viernes, después de perder la batalla de un cáncer, decenas de familiares y amigos, políticos de distintos partidos se dieron cita en el recinto Memorial, para acompañar a su familia en el velorio, las muestras de afecto hacia Same se hicieron presente, llegaron importante número de coronas, se requirieron tres camionetas para trasladarlas al panteón central, donde cada una se colocó por ambos costados del paso de la carrosa que llevó su féretro hacia su última morada, después de una misa de cuerpo presente que le fue ofrecida en la catedral del Señor de Tabasco, desde donde partieron sus familiares, amigos y políticos, para darle el último adiós, a un hombre que dedicó su vida a la atención de su familia, al estudio y al trabajo, un hombre que se ganó el afecto de muchas personas de todas las clases sociales, pues siempre se distinguió por ser un hombre respetuoso, sencillo, afectuoso, cordial. Desde niño, se ganó el corazón de sus tías, de quienes de ser el consentido, lo convirtieron en su heredero, sin embargo, no por ello, se dedicó al despilfarro, por el contrario, su comportamiento siempre fue el de un hombre que vivía de forma modesta, alejado de cualquier ostentosidad, de las presunciones y arrogancias, porque lo que siempre recibió de ejemplo, de sus padres de origen libanés y hermanos y hermanas mayores, fue la dedicación al trabajo; si bien participó en política, donde le tocó vivir fuertes tempestades, como secretario de Finanzas del licenciado Salvador Neme Castillo, él se quedó aquí y con la frente en alto, siempre miró a los detractores de esa administración y hasta a los supuestos amigos de Salvador Neme, que quedaron en el poder y se negaron en su momento, a aclarar los infundios que le hacían. Durante su vida en esta tierra de la que jamás cambió su residencia, se formó como licenciado en derecho, fue profesor de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, donde estudió; fue además, dirigente de la Cámara de Comercio, que impulsó con toda su energía, porque él siempre fue un comerciante; si bien desde los años noventas no había participado activamente en la política, fue hasta el año 2012, que reapareció en un cargo político importante, al ser nombrado coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto en Tabasco, impulsado por Benito Neme Sastré, su trabajo le valió para ser designado el 9 de abril de este año delegado de la Secretaría de Desarrollo Social, donde ya se empapaba de las acciones a realizar, sabiendo de los retos que debía enfrentar, principalmente el combate al hambre que padecen miles de tabasqueños; a pesar de que Arturo Núñez en su momento se había pronunciado en contra de que priístas tabasqueños fueran designados en las delegación federales, cuando se conoció de su designación, el gobernador reconoció públicamente en Same Yabur a un “tabasqueño comprometido con el Estado”, resaltó su calidad personal y social y confió en que pondría su mejor desempeño para que las tareas en esa dependencia se realizaran de la mejor manera y sin sesgos partidistas, y cómo no habría de expresarse de él de esta forma, si Arturo lo conocía, eran amigos, así se lo había demostrado Same en su momento. Le sobreviven, su esposa Gladys Amada Sánchez de Yabur, sus hijos Amín y Same, sus hermanas y hermanos, Elena, Tamara, Teresa, Nora, Luisa, Amalín, Pedro y Alejandro, quienes vivirán para recordarlo y honrar la memoraría de esta tabasqueño que amó a su familia, a su tierra, sus costumbres y supo hacer amigos. Descanse en paz.