REDACCIÓN
AVANCE
La suspensión temporal de operaciones de las potabilizadoras “Villahermosa” y “Parrilla”, se debió a la alta concentración de turbiedad y sólidos (lodo) en la corriente del río Grijalva, la cual imposibilitó el proceso de producción debido al riesgo de daños en filtros y equipos, aparte de que en esa situación no se cumpliría la Norma Oficial Mexicana para la calidad del agua, informó Miguel Pérez Acosta, encargado de la planta Villahermosa.
Fueron alrededor de 8 mil 800 unidades nefelométricas (medida de turbiedad) y 12 mil de color las que se registraron, cuando en épocas normales es de sólo entre 40 y 80 unidades, que es la medida ideal, pero esta situación se registra cada año al iniciar la temporada de lluvia, y tenemos que tomar medidas preventivas para evitar daños en equipos, lo cual saldría más caro y tendría a la población sin abasto del vital líquido durante más tiempo, explicó.
“Ocurre que los equipos de bombeo instalados en las plantas de captación se desgastan al jalar arena, ya que trabajan a gran velocidad y llegan a una temperatura abrasiva; asimismo, esa turbiedad daña a los clarificadores y filtros, que no pueden procesar tantas partículas en suspensión”, añadió el especialista.