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EL RETO NO ES PEQUEÑO

FELIPA NERY

“Apresúrate; no te fíes de las horas venideras. El que hoy no está dispuesto, menos lo estará mañana.”
(Ovidio)

Todavía recuerdo las palabras del líder ganadero de esa época, Arcadio León Estrada, cuando a mediados de los años 80 decía que el pueblo que no era autosuficiente en la producción alimentaria, no se podía decir soberano, esto, porque advertía de la necesidad de que los gobiernos impulsaran la producción agropecuaria ante la crisis que se asomaba en el sector campesino, principalmente en el coprero, cacaotero, pimenteros, plataneros y otros; por ese entonces, la ganadería tabasqueña se encontraba en auge y era la principal abastecedora de carne al Distrito Federal. Sin embargo, hoy vemos que también esta rama productiva se encuentra en la quiebra total, aquel gran emporio que era la Unión Ganadera Regional con su frigorífico, su planta pasteurizadora de leche y productora de quesos, sus camiones refrigerantes, y la tienda cooperativa, todo se ha derrumbado, siguió el mismo destino que los otros sectores de la producción en Tabasco. Y es que primero fue el auge petrolero el que vino a desplazar el campo, porque muchos de los hijos de los campesinos mayores de ese entonces, prefirieron irse a trabajar como obreros de Petróleos Mexicanos, en vez de seguir sufriendo en la siembra del campo y padeciendo con las lluvias, el sol, el mosquito y recibiendo salarios tan ínfimos de 50 pesos, sin ninguna prestación social, comparado con lo que les ofrecía PEMEX, salarios de hasta 200 pesos diarios o más por 8 horas, pagos de horas extras, aguinaldo, vacaciones, servicio médico, prestaciones que no conocían en el campo. Junto a estos salarios vino también la descomposición social, porque aquellos campesinos dejaron el campo y se vinieron a rentar en la ciudad, y aprendieron a irse a divertir en los centros nocturnos que crecieron a la par y los dejaban despelucados; con posterioridad, esa jauja de contratación de obreros con poco nivel escolar fue disminuyendo, muchos se fueron quedando sin empleo, algunos migraron hacia Can Cun, otros hacia los Estados Unidos, y muchos se fueron quedando aquí rezagados. Hace unos 25 años Tabasco aún era un estado donde su gente vivía en armonía y sobre todo, comían, no había hambre, la gente no andaba descalza, ni con los ojos hundidos, ni las panzas abultadas llenas de parásitos como ocurre hoy, ah, pero también no había la apertura democrática que vivimos hoy, apertura democrática que pervirtió la imaginación de los políticos, mismos que con el fin de hacerse del poder corrompieron a los electores, abultando los empleos en la burocracia y no sólo eso, sino que enseñaron  a la gente a vivir de las dádivas, de los “programas sociales”, con los que se les premiaba, o castigaba cuando votaban a favor, o en contra,  y también, que cada vez los gobernantes no se conformaban con sus sueldos y embolsarse unos cuantos pesos demás, sino que los funcionarios que llegaban a la administración cada vez querían demostrar a sus antecesores que ellos tenían más millones; todo esto  es lo que hoy tiene a Tabasco como una de las entidades con mayores índices de desempleo y pobreza, por ello, el reto que tiene el gobierno de Arturo Núñez Jiménez, no es fácil. Si bien en estos primeros seis meses de administración su equipo de gobierno no ha dado muestras de capacidad para enfrentar los retos, o al menos el jefe del Ejecutivo los ha justificado diciendo que se encontraban en el aprendizaje, se espera que para arrancar el próximo semestre ya hayan aprendido y conocido todo manejo administrativo de los recursos económicos, para que no se sigan dando los subejercicios, porque como ha dicho Octavio Romero Oropeza, es un crimen que esto ocurra, mientras hay gente con tantas necesidades.