Señaló el pontifice que hoy día los jóvenes sienten la sugestión de tantos ídolos “que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza, como son el dinero, el éxito, el poder, el placer” y que ello se debe a la sensación de soledad y vacío que sufren “y que les lleva a la búsqueda de compensaciones de estos ídolos pasajeros”. Al comienzo de la misa, el cardenal arzobispo de Aparecida y presidente de los obispos brasileños, Raymundo Damasceno Assis, agradeció la presencia del Papa y recordó la historia de la Virgen de Aparecida, una imagen negra, y dijo que según los estudiosos se debe al fango del río y al humo de las velas, pero que también el negro se interpreta como una referencia al sufrimiento de los pobres y de los excluidos, especialmente el pueblo negro en la historia de aquellos años de Brasil.
También yo vengo a llamar a la puerta de la casa de María -que amó a Jesús y lo educó- para que nos ayude a todos nosotros, a transmitir a nuestros jóvenes los valores que los hagan artífices de una nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno”, afirmó.
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AGENCIA
APARECIDA, BRASIL 24 JUL.- El papa Francisco puso hoy al pueblo latinoamericano bajo la protección de la Virgen de Aparecida, la patrona de Brasil, exhortó a los fieles a no perder la esperanza y afirmó que aunque el “diablo, el mal, existe, no es el más fuerte, el más fuerte es Dios”.
El obispo de Roma también pidió a los padres y educadores que transmitan a los jóvenes los valores que les hagan artífices de un mundo más justo, solidario y fraterno.
Francisco hizo estas manifestaciones en la misa que oficia en una mañana fría y lluviosa en el santuario mariano de Nuestra Señora de Aparecida, a 245 kilómetros de Río de Janeiro.
Francisco viajó a Aparecida para postrarse a los pies de la virgen negra, pedirle por el éxito de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud y poner al pueblo latinoamericano bajo su protección.
“Hoy, en vista de la Jornada Mundial de la Juventud que me ha traído a Brasil, también yo vengo a llamar a la puerta de la casa de María -que amó a Jesús y lo educó- para que nos ayude a todos nosotros, Pastores del Pueblo de Dios, padres y educadores, a transmitir a nuestros jóvenes los valores que los hagan artífices de una nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno”, afirmó.
Francisco agregó que para ello es necesario que los hombres “mantengan la esperanza, se dejen sorprender por Dios y vivan con alegría”.