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LA FALTA DE ÍDOLOS

FELIPA NERY

Estamos tan acostumbrados a disfrazarnos para los demás, que al final nos disfrazamos para nosotros mismos.” (Francois de la Rochefoucauld)

Al celebrarse 203 años de la Independencia de México de la Corona Española, la inmensa mayoría de los mexicanos no alcanza aun su total independencia, no se encuentra así mismo, necesita depender de otros para sentir su valía como persona, como ser humano que forma parte de este país.  Y no hablemos de los que viven en la pobreza extrema, que requieren de la caridad de otros y de las autoridades que mediante la entrega de despensas u otros programas sociales, los mantienen como rehenes para tenerlos controlados para ser utilizados en las épocas electorales, sino que entre aquellos que no encuentran su independencia, su autonomía, su significado en sí mismo, están personas que a pesar de haber ido a la escuela, de haber recibido instrucción escolar, requieren de ídolos que los motive a sentirse parte importante de esta nación.  Así, leemos o vemos que mucha gente se decepciona porque pierde el equipo de Fútbol, la Selección Mexicana, se dicen derrotados porque unos fulanos que corren detrás de una pelota no logran meter los goles que los lleven al mundial; también se dicen decepcionados, porque un pobre mexicano que acepta ser golpeado por un grandulón, no gana la pelea de box y se dicen deprimidos por esto, porque no encuentran empleo, por la inseguridad, o porque no ven que los gobiernos encuentren la varita mágica que les haga vivir en la Disneylandia que se promete en las épocas de las campañas político-electoral. Los mexicanos ya no podemos seguir creyendo en ídolos, ni en imágenes, como la Virgen de Guadalupe,  que los españoles le impusieron a los indígenas para someterlos, para mantenerlos controlados, y sobre todo, tenemos que trabajar más y esperar menos puentes de celebraciones que nos mantengan entretenidos, con el tequila, o la cerveza en la mano diciendo ¡!Viva México!!!, porque de esta forma México no va vivir, ni va a vibrar, ni el pueblo va a salir adelante. Es importante que en cada uno de nosotros haya metas, propósitos de cambiar, de aportar, no esperar a que otros nos vengan a solucionar nuestros problemas, porque nadie lo va a hacer. El gobierno sólo no va a revertir la situación de miseria en la que muchos mexicanos se encuentran, porque además de la corrupción que campea en todos los niveles de gobierno, desde el más pequeño, hasta en el más alto nivel, los recursos económicos ya no alcanzan; las demandas son demasiadas y los problemas climatológicos que provocan más pobreza son cada vez más severos contra la población. Ya son 203 años de independencia, ya es tiempo de ir adquiriendo la madurez como pueblo, de que cada uno haga lo que le corresponde hacer, ya hemos visto tanta sangre correr en la lucha por el poder, lo mismo en 1810, que en 1910, que en 1968, en el 88, del 2006 al 2012, y en la actualidad. Nadie hará por nosotros, lo que nosotros mismos no hagamos. Ni los padres mismos pueden cargar todo el tiempo con el rumbo de la vida de sus hijos, porque cuando fallecen sus progenitores, ellos tienen que hacerse cargo de sí mismos.