FELIPA NERY
“El orgullo engendra al tirano. El orgullo cuando inútilmente ha llegado a acumular imprudencia y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.” (Sócrates)
Después de la derrota que sufrieron los priístas de Tabasco en julio del 2012, aun no aprenden la lección, siguen en las mismas, el comportamiento de los priístas es igualito al que los llevó a la derrota. El pasado viernes Guillermo Narvaez Osorio estuvo en el programa Telerreportaje, donde habló de los motivos que lo llevaron a desistirse de su aspiración de ser dirigente del Comité Directivo Estatal; entre otros, mencionó que al Comité Ejecutivo Nacional no le interesa tener una dirigencia estatal que pueda confrontarse con el gobernador, porque al gobierno federal le interesa más mantener el Pacto por México. Si bien admitió ser amigo de Benito Neme Sastré, uno de los hombres de confianza del presidente Enrique Peña Nieto, no admitió que fuera este quien lo impulsara en su aspiración, aunque sí dijo que lo respaldaba el senador Humberto Mayans Canabal, José Carlos Ocaña Becerra, entre otros. Narvaez Osorio dijo que el PRI está desarticulado y que no se ve que por ahora hayan visos de que tenga nueva dirigencia, que el Comité Ejecutivo Nacional está conforme con tener aquí a un representante. Estas afirmaciones provocaron que llamara al programa Tito Villegas, un hombre ecuánime, discreto, pero que cuando habla, le llama a las cosas por su nombre, y negó que el PRI se encuentre desarticulado y que el Comité Ejecutivo Nacional no tenga interés de tener a una dirigencia, sino que dijo que hay quienes aún aspiran a que desde el CEN se sigan imponiendo a los dirigentes, sin respetar a las bases. Hay que recordar, que hace más de 20 años Guillermo Narváez Osorio, junto con Jesús Madrazo Martínez de Escobar, integraron una fórmula para buscar dirigir el Comité Directivo Estatal del PRI, misma que tuvo como contrincantes a Raúl Lezama Moo y a Carlos Prats Pérez; el proceso interno priísta abortó, aquella elección se anuló por el Comité Ejecutivo Nacional, porque se denunciaba que la fórmula Chucho Madrazo-Narváez Osorio, eran la línea del gobierno. Tal vez la experiencia vivida en aquella ocasión llevaron a Guillermo Narváez a retirar sus aspiraciones de ser dirigente, sobre todo, al darse cuenta que le podría ocurrir lo mismo que le pasó a Jesús Alí de la Torre, quien no ganó el gobierno de Tabasco, porque los mismos priístas se opusieron a su imposición desde el Comité Ejecutivo Nacional, y al darse cuenta que lo mismo había ocurrido ahora para no permitirle su participación, por ello mejor optó por la retirada, para no repetir en carne propia experiencias que ya le tocó vivir en otras épocas. Lo cierto es que, al igual que en el 2012, que muchos aspirantes del PRI a ser candidato a gobernador, antepusieron sus intereses personales al interés general de los priístas, lo mismo está ocurriendo hoy con los aspirantes a dirigir el PRI, proceso en el que por supuesto están metidos los intereses que jugaron en el 2012. Hombres necios que no aprenden de sus propios errores.