FELIPA NERY
“Cada elección tiene su anverso, es decir, una renuncia, por lo que no hay diferencia entre el acto de elegir y el acto de renuncicar.” (Italo Calvino)
El pasado lunes el gobernador Arturo Núñez Jiménez decidió que no daría más entrevistas banqueteras a los reporteros que lo abordan sobre diversos asuntos al terminar los actos públicos a los que asiste. Esto fue entendido por algunos comunicadores como un acto de autoritarismo y cerrazón de su parte, sin embargo la realidad es que en muchas ocasiones el mandatario hace importantes pronunciamientos a través de sus discursos, mismos que pasan a segundo plano, porque se le da importancia a declaraciones que se obtienen en entrevista de banqueta, porque causan mayor escándalo mediático. Por ejemplo, el lunes la pregunta principal que le hicieron al gobernador, era su opinión con respecto a los funcionarios públicos que colaboran en su gobierno, y que habían asistido el día anterior a la asamblea estatal de MORENA, en la que estuvo presente Andrés Manuel López Obrador, y lo que muchos han considerado como un acto de desobediencia al gobernador, pues dicen que quien en realidad ha designado en los cargos que ocupan los funcionarios que asistieron a ese evento, fue López Obrador. Sin embargo, considero que en este caso, Arturo Núñez no tendría nada que reprocharle a los funcionarios que colaboran con él y que quisieron ser parte de los fundadores de lo que tal vez llegue a ser un partido político, porque el hecho de que los funcionarios sean parte de un gobierno, no significa que se conviertan en propiedad de nadie, ellos tienen la libertad de manifestar sus ideologías y seguir a quien les venga en gana, además, de que estaban en domingo y no tenían que solicitar permiso para asistir a tal evento, como habría sido el caso del secretario de seguridad pública Audomaro Martínez, quien tiene el compromiso de velar por la seguridad durante todos los días y las 24 horas, aunque también como ser humano y servidor público, tiene derecho a un día de descanso, pero de haber querido asistir a ese evento, bien pudo solicitar un permiso para hacerlo, pero decidió no asistir, en cambio los demás funcionarios, el de educación, Rodolfo Lara; de salud, Ezequiel Toledo, o la contralora, Patricia, no tenían que presentar permiso, pues sus días de asueto por lo regular son los domingos; así es que no tiene sentido que el gobernador se distraiga en responder a preguntas que sólo vienen a engrosar los dimes y diretes y descalificaciones. Considero que lo más importante, en este día, habría sido atender el compromiso público que desde su mensaje había hecho Arturo Núñez Jiménez, de hacer realidad los compromisos de respetar e impulsar los derechos humanos que se han insertado en la constitución política del Estado de Tabasco, conocer de qué se tratan estos derechos, para que después podamos exigirle al gobernante que se hagan valer estos derechos humanos a todos los tabasqueños. En lo particular, aplaudimos que el gobernador Núñez haya tomado esta decisión de no dar más entrevistas banqueteras, pero que sí esté dispuesto a atender las entrevistas que se le soliciten formalmente, donde sin atribulaciones, ni los atropellos que se dan en las banquetas y a mitad del sol, ocurre con frecuencia en estas entrevistas banqueteras.
