FELIPA NERY
“La sabiduría de vivir consiste en eliminar lo que no es indispensable.” (Lin Yutang)
Después de 100 años de lucha por alcanzar el derecho al voto, en 1953 el presidente Adolfo Ruiz Cortínez promulgó las reformas constitucionales al artículo 34 de la Carta Magna que permitieron a las mujeres tener los mismos derechos políticos que los hombres, es decir, el derecho a votar y ser votadas en los cargos de elección popular. A 60 años de este logro de las mujeres, aun no se logra la igualdad de este derecho entre el hombre y la mujer, que establece el mismo artículo IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En la actualidad, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, establece la obligatoriedad de los partidos políticos de inscribir el 40 por ciento de las candidaturas a diputados federales y senadores, disposición que en la elección pasada, mediante un acuerdo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación obligó a los partidos políticos a respetar esta cuota de género, disposición que permitió aumentar el número de mujeres en el Congreso de la Unión, así como en las legislaturas locales. Ahora, para hacer realidad esta igualdad que establece la Constitución, el presidente de la República Enrique Peña Nieto ha enviado al Senado de la República, una iniciativa de ley para reformar el COFIPE, mismo que de ser aprobada obligaría a los partidos políticos a que las mujeres sean inscritas en el 50 por ciento de las candidaturas a diputaciones federales y senadurías. Peña Nieto envío esta iniciativa, convencido de que las mujeres son un factor decisivo en la vida política del país, y seguro de que gracias al voto de millones de mexicanas él tiene hoy la responsabilidad de gobernar este país. Hay que recordar que muchas mujeres estaban entusiasmadas en votar por Enrique Peña, porque las televisoras lo ofrecían como muy “guapo”, y por ello, muchas mujeres votaron a su favor. Pero haya sido como haya sido, lo importante es que hoy Enrique Peña Nieto quiere corresponder a las mujeres, impulsando esta reforma al COFIPE, que permita a las mujeres alcanzar la igualdad en el Congreso de la Unión, y sin duda, que esta misma modificación se impulsaría en las leyes lectorales de las entidades. Esta disposición de otorgar el 50 por ciento de las candidaturas en el Congreso de la Unión, obligaría a los partidos políticos a mirar a las mujeres, a las que “no ven” en tiempos electorales para inscribirlas en las candidaturas, pero sí las ven para que hagan el trabajo de promoción del voto casa por casa. Por supuesto que hay muchas mujeres que tienen la capacidad intelectual para estar en las posiciones legislativas y de la administración pública, sólo que ha faltado voluntad política de los gobernantes para incluirlas y valorar todo el caudal de conocimientos que tienen para contribuir con el desarrollo de este país, aunque también hay que admitir, que muchas mujeres, se niegan a competir con los hombres por el cúmulo de bajezas y descalificaciones que se dan entre los políticos que aspiran a un puesto de elección popular.
