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Hay que encontrar la salida

Por: Felipa Nery

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía reportó que al cerrar el primer trimestre de 2016, Tabasco cerró con 70 mil 345 desempleados, lo que nos coloca como la entidad con mayor índice de desempleo en el país y de las 906 mil 793 personas ocupadas, el 31 por ciento lo hace en la informalidad. Este declive en el que ha ido cayendo la entidad, se inició, a raíz de las severas inundaciones que sufrimos en el 2007, de las cuales muchas familias no se recuperan hasta la fecha y otras tantas se han ido sumando a la crisis, a lo largo de ese tiempo, hasta la actualidad. En 2006, se reportaban tasas de desocupación de 2.8 por ciento y ahora son del 7.2 por ciento, el índice de desempleo ha ido creciendo paulatinamente y con esto, el deterioro de la calidad de vida. Los índices de desempleo, van de la mano con las tasas de criminalidad que coloca a Tabasco en los primeros lugares. No sólo fue la inundación del 2007, lo que  empezó a traer el retroceso en Tabasco, después de esta inundación, le siguieron las inundaciones del 2008 en la Chontalpa, del 2009 en la zona de los ríos, las pérdidas de la producción agrícola y ganadera en estas regiones, de igual manera fueron incalculables. Y peor a las consecuencias que trajeron estas inundaciones ha sido ahora el decaimiento de la producción petrolera, de la que Tabasco era el productor número uno en el país, por este motivo, la mayor parte de su economía se hizo en torno a la actividad petrolera, al amparo de esta actividad creció la industria restaurantera, hotelera, los comercios, se construyeron fraccionamientos para dotar de viviendas tanto a extranjeros, como a mexicanos de alto nivel ejecutivo que venían para trabajar en la industria petroleras y directamente; por eso, todo está en depresión,  estas actividades pasan su peor momento. Muchos negocios han tenido que cerrar sus puertas y otros tratan de mantenerse con un mínimo de personal, por eso se dan las cifras que reporta el INEGI, de 70 mil desempleados al final del primer trimestre de 2016. Pero su reporte refiere, a las personas que tenían empleos formales. Quizá esta cifra pudiera ser mucho más elevada, por la cantidad de personas que trabajan en la informalidad, y al verse afectados toda esa cantidad de empleados de las empresas petroleras, de hoteles, restaurantes y comercio, los trabajadores de la informalidad también tienen problemas; por eso vemos hoy que en cada crucero pululan decenas de personas que venden, que limpian parabrisas o que extienden la mano para pedir una moneda para comer, o bien para medicamentos.