Por: Orlando Castillo
El fin de semana pasado el PRI tuvo fiesta y piñata en Villahermosa. Realizó su asamblea estatal y al mismo tiempo uno de los suspirantes decidió tratar de robarle cámara. Así, mientras en Campeche el dirigente nacional y concesionario de taxis Enrique Ochoa aplaudía junto al gobernador Alejandro Moreno en otra reunión con los priistas locales, en tierras chocas lo representó Armando Albores. ‘Hoy si sudamos la camiseta’, dijo en su discurso Gustavo de la Torre, y vaya que tenía razón: los 600 asambleístas tuvieron que sesionar a oscuras y sin aire acondicionado. Allí estuvieron padeciendo las inclemencias las diputadas federales Georgina Trujillo y Liliana Madrigal que acudieron a la cita partidista.
En Campeche el ambiente fue distinto. Allá, el PRI conserva la gubernatura y hace apenas unos días ‘Alito’ Moreno fue anfitrión de una reunión muy privada con el ex presidente Carlos Salinas. Ahora, en la ciudad de las murallas, se dio el lujo de recibir al amigo y protegido del presidente Peña Nieto, y también al dirigente nacional de la CTM, Carlos Aceves. En la asamblea campechana estuvieron los exgobernadores del estado, a diferencia de lo sucedido en Tabasco.
TAPE Y REDESTAPE
Pero quien no se midió fue Benito Neme Sastré, el eterno aspirante a la gubernatura o algún cargo de elección popular, porque precisamente el mismo día de la asamblea tricolor decidió acudir a Tabasco para ‘festejar’ a su amigo y socio Hernán Barrueta. El pretexto es lo de menos ‘un cumpleaños-, lo importante fue quitarle reflectores a un partido que de por sí lucha para hacerse escuchar. ‘No fue predestape’, aseguran sus allegados. Fue ‘redestape’ diría este columnista. Pero bastó el olor de la olla de barbacoa recién destapada para imaginar cómo quisieran los nemistas que sea el recalentado. Claro, muchos no alcanzaron tacos y se tuvieron que conformar con el aroma del guiso
.y así se van a quedar.
OTRO RECALENTADO
Y ya que de recalentados hablamos, oiga usted que no fue para menos el que sirvieron en la asamblea de Morena en la Ciudad de México. Allí se anunció que el 3 de septiembre el partido de López Obrador ya debe tener a la mayoría de sus precandidatos en los distritos, estados y municipios ‘perdón, sus promotores-, aunque la ley electoral diga que todavía se debe esperar hasta el año próximo. La instrucción es que sean ‘candidatos de unidad’ y donde nomás no se pongan de acuerdo pues se van a las encuestas, a la tómbola y hasta a un volado. No importa que luego tengan que renegar de sus seleccionados ‘como la mexicana de futbol- porque hagan anotaciones en la propia portería al estilo José Atila y hasta Candita Pérez (no Candito, ojo).
Por lo pronto aquí en Tabasco inició la rebatinga por la primera posición en la planilla para el senado que le tocará en suerte a una mujer. Haga sus apuestas. Como leía por allí ayer: ya están juntando sus canicas María Luisa Somellera, Mónica Fernández, Nelly Vargas y Rosalinda López. Más lo que se acumule en estos días. Quienes la están viendo pasar son Javier May, Chelalo Beltrán y Octavio Romero. Y vaya que han hecho méritos, cada quien a su manera.
NOMÁS TRES TIROS
Que no cunda el pánico, pero sí un poquito. Ante la creciente ola de violencia a la señora Solange Soler no tuvo más ocurrencia que legalizar la violencia. Por lo menos así se entiendo eso de que propone avalar que se mate en defensa propia. Y Paco Castillo, dirigente del PAN, dice que sí, que hasta nos habíamos tardado. Como idea está bien, porque la policía no se da tiempo con tanta maleantada; pero imagínese usted entonces lo que pedirán los gendarmes y militares: que haya atenuantes, permisos, justificantes, ante un eventual disparo contra el ‘enemigo’. Porque resulta lógico que si un particular puede matar a un sospechoso, un oficial lo podría hacer con más razones. Lo que debemos exigir es que funcione lo que no funciona.