Las implicaciones del dolor en el cuerpo y la mente del ser humano, y su influencia en las relaciones familiares y sociales, son los temas principales que la escritora española Marta Sanz toca en “Clavícula”, su más reciente obra.
Para la ganadora del Premio Herralde de Novela en 2015, el dolor se ha vuelto un tema común en la sociedad capitalista actual, gracias a “las exigencias laborales extremas, una especie de autoexplotación a la que nos sometemos todos porque tenemos miedo a perder nuestro trabajo, y por esa obsesión permanente por dar la talla en todos los espacios de la vida”, enumeró.
Sanz engloba su libro en una “poética de la fragilidad”, es decir, reivindicar el derecho a la queja en un mundo donde quejarse o mostrar dolor es mal visto.
“Vivimos en el mundo del pensamiento positivo, donde parece que todo es color de rosa, que superaremos las crisis a base de emprendimiento y buena voluntad, donde todos somos culpables de lo que nos pasa, y no hay un elemento sistémico que nos condena a muchos de nosotros a la pobreza y la precariedad”, criticó la novelista española.
“Clavícula”, de Editorial Anagrama, es un libro de tintes autobiográficos donde la autora intenta retratar el dolor a raíz de un padecimiento que ella vivió en carne propia y le resulto difícil de sobrellevar.
“El dolor me llevó al aislamiento, a no querer salir de mi casa, no querer ver a los amigos, me llevó a sentirme muy pequeñita. Me fui dando cuenta que una de las cosas que me podían salvar de ese agujero negro era el amor y cariño de los demás, cimentado a partir del intercambio de relatos. Empecé a quedar con mis amigos, a platicar y contarles mis problemas. Subrayar esos vínculos fuertes fue en gran medida lo que me hizo entender mi dolor”, contó Sanz.
Sanz consideró que su libro también retrata el dolor desde el punto de visto de la mujer, quien sufre un tipo de dolencias ligadas con su actual situación social.