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Tablajeros, protestan

Tablajeros, protestan

Felipa Nery

El asunto del consumo de carne de res en Tabasco se ha tornado bastante complicado, por los riesgos en la salud de los tabasqueños. Recuerdo, que a mediados de los años ochenta, los ganaderos levantaban la voz para exigir al gobierno la supervisión de las matanzas de res, así como la venta de carne caliente en las carnicerías de las colonias y los mercados, en primer lugar, porque en las matanzas se podrían sacrificar reses producto del abigeato y la carne caliente, podría provenir no sólo de reses robadas, sino además, sin ningún control sanitario. Hoy que ya no tenemos en Tabasco el Frigorífico de la otrora poderosa Unión Ganadera Regional de Tabasco, ni el pequeño rastro que había del gobierno del estatal, donde se sacrificaban las reses de los ejidatarios, ya se pueden imaginar la magnitud del problema, en torno a la carne de res que se expende en carnicerías de las colonias y de los mercados públicos. La polémica se inició a partir de que Alejandro García Baduy, siendo director de Desarrollo del Ayuntamiento de Centro, denunció la comercialización de carne con clembuterol, medicamento  que  se utiliza para engordar de forma rápida a las reses, y que al ser consumida esta carne por los humanos, les causa graves daños en su salud. Debido a que la alcaldesa de Centro, Casilda Ruiz Agustín le llamó la atención al funcionario por haber hecho públicas estas declaraciones, el funcionario presentó su renuncia y reiteró lo que antes había dicho, pero además, sostuvo que contaba con pruebas, es decir, documentos que le había hecho llegar la Secretaría de Salud, donde advertían sobre esta práctica por parte de los expendedores de carne y aunque en su momento el secretario de Salud negó los dichos de García Baduy, incluso lo llamó irresponsable al hacer estas declaraciones, los conflictos que hoy se están dando por el actuar de la dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios, que dirige Olga Piña Gutiérrez, demuestran lo que de manera ética y responsable, sacó a la luz García Baduy, quien tuvo el valor de renunciar al cargo y sostener lo que había dicho. Ayer se conocieron las protestas de tablajeros de los distintos mercados de la ciudad de Villahermosa, quienes exigían a la Secretaría de Salud la devolución de más de 200 kilos de carne que les fue decomisada, por no tener las pruebas de clembuterol, en tanto que los afectados afirman tener los comprobantes sanitarios de un frigorífico de Veracruz que supuestamente les abastece la carne. Si la dirección de protección contra riesgos sanitarios decomisó el producto, será porque tiene las pruebas que le demuestren la violación a las leyes sanitarias por parte de los tablajeros; y si los tablajeros dicen tener las notas de adquisición de la carne a un frigorífico de Veracruz, entonces habría que ver quién tiene la razón. Lo único cierto es que en la comercialización de carne de res, desde el cierre del Frigorífico de la Unión Ganadera, el riesgo a la salud de la población, ha estado latente, si de por sí, como decíamos al inicio, desde hace décadas se conoce de la venta de carne de dudosa procedencia y sin control sanitario, qué no ocurrirá ahora.