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No quiere contrapesos

No quiere contrapesos

Felipa Nery

Una de las características principales de un gobierno democrático, es el de la división de poderes, donde el Poder Público no resida en una sola persona. El gobierno Republicano democrático, se distingue de la monarquía absoluta, déspota y abusiva, precisamente por contar con un sistema de contrapesos, porque los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, no recaen en una sola persona, en el primero está al frente una sola persona y en los otros, sus decisiones son colegiadas. Recordamos lo anterior, porque al iniciar formalmente la campaña presidencial, Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la alianza Juntos Haremos Historia, a través de los spots de televisión y radio, así como de manera personal en los mítines, está pidiendo a sus simpatizantes que no hagan voto diferenciado, les dice que para la Presidencia está arriba en las encuestas con mucha ventaja, pero  que también su movimiento necesita tener mayoría en la Cámara de Diputados y Senadores, que voten por MORENA-PT-PES, porque así el Poder Legislativo podrá tener la libertad necesaria, “no como ahora que los diputados piden moches”. “De manera respetuosa, te pido que votes por los candidatos a diputados, a senadores de la Coalición: Juntos Haremos Historia”. Hay que recordar, que desde 1997 en la Cámara de Diputados, ningún partido político ha tenido la mayoría, y el país no se ha paralizado, salvo un conflicto en el período gubernamental de Vicente Fox, por las modificaciones que la Cámara hizo al proyecto de presupuesto del 2005, lo que llevó al jefe del Ejecutivo a vetarlo y después promover una controversia constitucional, donde la Suprema Corte de Justicia de la Nación, le dio la razón. Después, en el gobierno de Felipe Calderón se crearon los “moches”, los sobornos a los diputados para que aprobarán sus iniciativas de presupuesto como él quería. Efectivamente, el Congreso de la Unión se ha corrompido a través del soborno a los diputados para que el Ejecutivo tenga el voto aprobatorio a sus iniciativas, pero esto se podría acabar, si el Ejecutivo hace públicas sus iniciativas a favor de la sociedad y exhibe las corruptelas del Legislativo, o bien, excitando a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que ordene a los diputados legislar, como ya lo ha hecho, con el caso de la publicidad oficial, que el gobierno la entrega con favoritismo a los medios de comunicación. La pretensión de Andrés Manuel López Obrador, de tener mayoría en el Congreso de la Unión, para que le aprueben todas sus iniciativas sin mayor discusión, se convertiría en una amenaza latente a la democracia y una vuelta al pasado priísta que durante décadas tuvo mayoría absoluta en el Congreso de la Unión y reinaba “La dictadura perfecta”. En un estado moderno, republicano, debe haber un sistema de pesos y contrapesos. Hay que pactar, negociar, acordar,  por supuesto, en beneficio de la sociedad, no en beneficio de unos cuantos. Andrés Manuel ofrece que no fallará a los mexicanos, pero que tal si el canto de las sirenas lo enloquece, como ha ocurrido con muchos Presidentes?. Así es que será mejor decir sí al voto diferenciado entre el Ejecutivo y el Legislativo, para fortalecer nuestra endeble democracia.