José Martínez
Adán Augusto López Hernández continúa caminando sobre la línea de la reconciliación. Es una fórmula que le valió la confianza de los empresarios, campesinos, ganaderos, activistas, investigadores, y personas de la sociedad civil.
Y ahora, dijo que un punto importante en su agenda es reunirse con el gobernador para iniciar la etapa de transición sin problemas, todo en el marco de la ley.
Adelantó que esta administración hará ajustes a profundidad en el gasto público, y en consecuencia reducirá el presupuesto más o menos a 150 millones de pesos. Un dato interesante es que fue legislador y conoce por dónde entrarle, y conducirse en tales laberintos.
Indicó que ya no puede haber “partida secreta” sino una total transparencia en el ejercicio de gobierno. Dijo que habrá revisiones, desde luego, si se gasta un peso en la compra de un lápiz, los tabasqueños se van a enterar a quién se le compró o para qué sirvió.
Adán Augusto vive un momento histórico, ya que es parte de un tsunami que vino a darle la oportunidad de gobernar, y de paso, tener el control del congreso local, y el apoyo del Presidente de la república, así como de los legisladores federales.
Una oportunidad para quedar en la mente de los tabasqueños como un buen gobierno, y cubrir las promesas de campaña sin contratiempos.
Un gobierno que permita a Tabasco tener desarrollo, y que esté a la par con el norte y centro del país. Basta con sentarse y acordar con las otras autoridades que no serán ajenas al movimiento ni tampoco a los ideales de Morena.
Aunque serán cientos de voces las que estarán recordándole todos los días sobre las acciones que tiene pendiente. Tal vez, sea como un arma de doble filo, porque de no llevar bien la administración de Tabasco, como un eco, las voces podrán traspasar más allá, hacia donde esté el Presidente.
Son varias las problemáticas que debe enfrentar, desde el tema de salud, educación, turismo, pagos a proveedores, seguridad, reactivación del campo, y ante esas acciones tiene que hacerse acompañar de un buen equipo de trabajo, que no les rebase el cargo sino todo lo contrario, que se permitan revisar cada uno de los esquemas, y sobre esa base empezar a gobernar.
López Hernández está consciente de su responsabilidad, y sobre AMLO comentó que es un convencido de una manera profunda sobre la necesidad de que Tabasco tenga un mejor destino, “no me queda ninguna duda que va a rescatar al estado, no me gusta usar la palabra rescatar, me cuesta pero bueno, pero lo hará, aunque él puede tener la voluntad, repito, somos nosotros los que tenemos que hacer nuestra parte, si no de nada va a servir”.
Y efectivamente, López Obrador no es omnipresente, son los equipos de trabajo de cada gobierno quienes deberán responder a cada estado donde se ganó.
Además de la reconciliación se tiene que abonar en lo positivo, y que sea diario, casi sin descanso, porque el nuevo Presidente de la república tiene igual un objetivo: pasar a la historia.