José Martínez
Es espera están los tabasqueños de la decisión que tome el Gobierno Federal que encabezará a partir del próximo primero de diciembre Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en especial con el tema de la resistencia civil, convocado por él mismo en 1994 como medida de protesta contra lo que se conoce como el fraude cometido por el entonces candidato Roberto Madrazo Pintado. Fue la primera confrontación electoral seria en el Tabasco moderno.
La resistencia civil se convirtió en un no pago del uso de la energía eléctrica asumida desde ese entonces por miles de tabasqueños simpatizantes y no simpatizantes de AMLO. Durante los gobiernos de Enrique Priego Oropeza, Manuel Andrade Díaz, Andrés Granier Melo y Arturo Núñez Jiménez, se buscaron mecanismos el “borrón y cuenta nueva”. Faltó disposición y voluntad de la federación para lograrlo.
El 17 de Julio, el virtual Presidente electo, informó que está preparando el proyecto del borrón y cuenta nueva para los usuarios que adeudan energía eléctrica. También se añade la posibilidad de decretarse la tarifa preferencial para el consumo doméstico y empresarial, como parte de las peticiones presentadas a la federación e incluidas en sus propuestas de campaña.
En el comentario hecho a los medios, AMLO fue cauteloso al asegurar que se está preparando el Proyecto, el cual podría traer modificaciones en las tarifas por el consumo, y por lo tanto correspondería a la Sener ordenar a la CFE la elaboración de los estudios técnicos, y a los Diputados los ajustes que legalicen los cambios.
Entre los varios mecanismos buscados anteriormente por los gobiernos locales recordamos el Convenio por Tabasco firmado por Andrés Ganier Melo, y el director general de la entonces CFE, Alfredo Elias Ayub. Según aquel acuerdo, cada una de las partes absorbería el 50% de la deuda que en ese tiempo ascendía a 3 mil 100 millones de pesos, en tanto los deudores pagarían únicamente el 50 por ciento de sus adeudos con el compromiso de comenzar a pagar su consumo.
Fueron acuerdo que incrementaron la deuda del gobierno estatal, a tal grado que se incumplieron los pagos. De acuerdo a los usuarios quejosos, la CFE no respetó aquel pacto y al mismo tiempo comenzó a alterar recibos de los usuarios que cumplían regularmente y de los que comenzaron a pagar. Eran tiempos en los que se exhibieron recibos con cifras impagables que en lugar de recibir atención y resolverlos a favor de los usuarios, generó descontento y complicó aún más la relación CFE-Tabasco.
Una de las propuestas más novedosas fue la realizada en el gobierno de Arturo Núñez, y cuando Enrique Ochoa Reza, después dirigente del PRI, era director general de la CFE. Los tabasqueños fuimos testigos de un nuevo intento de terminar con la resistencia civil de aproximadamente 492 mil usuarios, cuyos adeudos superaban para el 2015, los 6 mil millones de pesos por consumo doméstico y en menor medida empresarial.
Se le conoció como “peso por peso”, porque en la medida que se pagaba el consumo actual se borraba la deuda anterior. Las bondades del acuerdo fueron echadas abajo por le CFE –otra vez los abusos-, y por la realidad: no había manera de hacer pagar a quienes estaban acostumbrados a no pagar, o simplemente no podían. En 2019, ¿se podrá?
HABERES
Calcula Adán Augusto López lograr un ahorro de 600 millones de pesos mediante medidas de austeridad. Los recursos irían a programas sociales. Habrá continuidad y ampliación de algunas acciones que han funcionado en la actual administración de Arturo Núñez. Un primer ahorro es no desperdiciar el esfuerzo precedente. Muy bien.