Felipa Ney
Antes del medio día del lunes 20 de agosto, desde uno de los salones del hotel Presidente Continental de la Ciudad de México, la maestra Elba Esther Gordillo, quien por más de cinco años estuvo privada de su libertad, salió a dar su mensaje, no sólo a los maestros que dejó de representar por motivos ajenos a ella, sino también a los políticos que se encargaron de quitarla del camino, para que dejara de ser un obstáculo para la reforma educativa que promulgó Enrique Peña Nieto en febrero del 2013, misma que fue considerada, no sólo por los maestros, sino por un importante sector de la sociedad, como una reforma laboral, más que educativa, y que después de cinco años de su entrada en vigor, no dio los resultados que ofrecieron, en el mejoramiento de la calidad de la educación. Luego de asegurar que su encarcelamiento fue producto de una persecución política, afirmó que recuperó su libertad “y la reforma educativa se ha derrumbado”, versión que sería confirmada horas después, desde Palacio Nacional, por el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, quien en una rueda de prensa, luego de un encuentro con el Presidente Enrique Peña Nieto y el gabinete de ambos, anunció: “vamos a cancelar la reforma educativa”. Sería este anuncio del Presidente electo, el pago más importante a la maestra Elba Esther, quien a través de su nieto y su yerno se sumaron a su campaña presidencial, mensaje cifrado que habrían entendido los maestros aliados de este grupo, al votar por Andrés Manuel y dejar de sufragar a favor del Partido Nueva Alianza que prácticamente fue obligado a aliarse con el Partido Revolucionario Institucional, para permitirle a la dirigente sindical, el arraigo domiciliario, que tanto habían buscado sus abogados y que por diversas causas le había sido negado, hasta que llegó el proceso electoral. Con un cuerpo bastante delgado, vestida de pantalón y blusa de color negro, distinta a la condición física que se le observó en una fotografía cuando fue encarcelada, donde vestía de blanco y se veía más robusta. Todavía hubo quienes aseguraron que en esta reaparición no se le veía “acabada”, como argumentaba, cuando justificaba estar enferma para permanecer en un hospital. Esos que siguen aplaudiendo los abusos del poder cometidos por el actual régimen, no alcanzaron a observar que en algunos momentos, la maestra tenía que apoyarse en el micrófono para no irse de lado. Si bien la profesora Elba Esther permaneció poco tiempo detrás de las rejas y la mayor parte en un cuarto de hospital, o en su casa, lo hizo privada de su libertad y no podía disfrutar de privilegios; se les olvida, que aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión, además que durante su encierro, la maestra sufrió el duro golpe del fallecimiento de una de sus hijas. Elba Esther Gordillo aseguró a los maestros, que la dignidad del magisterio se volverá a valorar y que los cambios profundos que se avecinan en el país, los van a encabezar las maestras y maestros. Andrés Manuel dijo que ella no estará en su gabinete, pero sin duda, le será de gran ayuda para la reforma educativa que pretende impulsar.