David Ibarra Muñoz es un ser humano de excepción y uno de los mejores economistas del continente, escribió Heriberto Galindo Quiñones en 2010 a propósito de los 80 años de este maestro de varias generaciones y respetado ex funcionario. El reciente 14 de enero, el profesor Ibarra Muñoz cumplió 89 años, y no sólo siguen vigentes aquellas palabras sin que con el tiempo se refrenda la calidad de este mexicano universal.
En un texto publicado entonces en el diario La Jornada, Galindo Quiñones destacaba que Don David –como se le conoce en el ámbito de la academia y la política- merece los homenajes que le han prodigado también “por su entrega a las mejores causas de México y de América Latina aunado a las virtudes que le caracterizan: talento, capacidad, integridad, honradez, rectitud, entrega, compromiso social, congruencia, rigor y patriotismo que en su caso son verdaderamente ejemplares. Por ello y por su conducta intachable y por su sabiduría, por ser un paradigma de verticalidad y nacionalismo lo consideramos un orgullo de México”.
Larga es la lista de personajes destacados en la vida pública que se formaron en la llamada “escuela mexicana de economía”, alumnos suyos que abrevaron el sentido patriótico pero universal de sus enseñanzas y su ejemplo. Por sólo citar a algunos: Manuel Aguilera, Francisco Javier Alejo, Luis Ángeles, Salvador Arriola, Carlos Bazdresch, Rodolfo Becerril, David Colmenares, Rolando Cordera, Mauricio de María y Campos, José Andrés de Oteyza, Luis Enrique Figueroa, Antonio Gazol, Ángel Gurría, Casio Luiselli, Carlos Martínez Ulloa, María de los Ángeles Moreno, Jorge Eduardo Navarrete, Guillermo Ramírez, Humberto Roque Villanueva, Jaime Serra, Leopoldo Solís, Francisco Suárez Dávila, Jorge Tamayo, Carlos Tello, Ramón Carlos Torres y José Woldenberg. Y muchos, muchos más.
En estos días, en que continúa la celebración de los casi 90 años de tan querido personaje, sus reflexiones en torno al incierto pero esperanzador futuro de México cobran una indudable actualidad. Don David Ibarra Muñoz enseñó y demostró que otra economía, más humana, es posible.
