José Martínez
Una de las promesas de campaña de los candidatos de Morena a los diferentes cargos de elección popular que culminó en las urnas el pasado primero de julio fue la austeridad.
La política que ofrecieron consistía en apegarse a lo señalado en su momento por el presidente Benito Juárez: “Los funcionarios públicos deben consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”.
Se busca acabar con el dispendio de una clase política acostumbrada a vivir con lujos ofensivos a costa de un pueblo en condiciones desigualdad y miseria creciente. La población asistió impotente e indignada al espectáculo morboso de los escándalos de corrupción y de gastos suntuosos que fueron denunciados por años. Ahora ofrecen que esto no será más.
Desde los días previos a su toma de posesión, Andrés Manuel López Obrador buscó dar señales claras de que la cuarta transformación va en serio. En un trabajo conjunto con el Poder Legislativo se reformaron diversas normas legales para que nadie en la administración pública gane más que el Presidente de México.
En Tabasco se hizo lo propio para que nadie gane más que el gobernador del estado. Se recortaron las prerrogativas a los partidos políticos. Se eliminaron dependencias ociosas y se fusionaron otras.
Con estos ajustes se busca acabar con una cúpula privilegiada acostumbrada a viajar en camionetas blindadas y en aviones rentados. Todo con cargo al contribuyente. Poner fin a una época en la que los funcionarios vivían como verdaderos reyes, mientras en los hospitales se carecía de medicamentos y del equipo necesario.
Desde el presupuesto de egresos aprobados para este año se delinearon algunas acciones relacionadas con la política de austeridad que ha estado promoviendo la nueva administración del estado.
Para reforzar esta política, se emitió esta semana una serie de lineamientos con los que se deben conducir los titulares de las diferentes dependencias del estado. Destaca que es el gobernador quien más se limita al uso de recursos públicos para sus actividades diarias.
De entrada, se elimina el uso de vehículos oficiales por parte del gobernador del estado y de su equipo de logística, tampoco dispondrá de gastos de gasolina para la realización de sus actividades.
Se dejan de usar los aviones y camionetas blindadas rentadas, y no se pagará telefonía móvil. Los viajes de funcionarios que requieran hacer uso del transporte aéreo lo harán en clase económica.
El uso de vehículos oficiales solo será desde los niveles de directores hasta los titulares de las dependencias. Siempre bajo clara justificación.
Los escoltas o personal de seguridad se reservan para el Gobernador del Estado, el Fiscal General, el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana y el Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia.
Estas son las principales acciones con las que esperan ahorros por más de 2 mil millones de pesos.
En el presupuesto de egresos aprobado por el Congreso del estado señala que los ahorros obtenidos por austeridad se destinarán para impulsar proyectos de inversión física y social.
Son las nuevas prioridades de este país, quien no lo entienda así nada tiene que hacer en la administración pública.
HABERES
TABASCO estará recibiendo en este 2019 un gasto federalizado, entre Participaciones y Aportaciones, un monto total de 43 mil 990 millones 772 mil 542 pesos, el 19.56 por ciento más que en 2018. De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 (PEF), en su primer año el gobierno de Adán Augusto López Hernández captará 7 mil 199 millones 714 mil 386 pesos más.