José Martínez
Como en los amores obsesivos: si no es para mí, no es para nadie. Así parece suceder con los partidos en la política.
Uno de los primeros partidos que se conformó como una real oposición en México fue el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Su nacimiento estaba formado en su mayoría de todas las corrientes políticas de izquierda existentes en el México de esos años. A nivel nacional fue liderado por Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.
En sus primeros años el PRD abanderó las causas sociales más importantes. A nivel local la lucha fue por los impactos causados por la actividad petrolera, y contra los altos cobros de consumo de energía eléctrica.
Fueron los pescadores, campesinos, muchos de ellos indígenas, los primeros que vieron en el partido del sol azteca la respuesta que habían buscado durante años.
Fueron los marginados de Tabasco los que pusieron su cuerpo y alma para levantar a este instituto político, los votos que llevaron a los militantes de este partido a los primeros puestos de representación en la entidad y catapultaron al líder estatal a espacios nacionales.
Con el tiempo llegaron nuevos militantes al partido, se empezaron a privilegiar las negociaciones, concertaciones con grupos de poder para mantener sus privilegios en el país.
Se decía que en algunos espacios los mejores promotores del PRI en Tabasco eran los gobiernos perredistas.
“Se perdió la mística”, dijo alguien cuando renunció a su militancia como fundador del PRD, para irse con otros militantes a fundar otro partido.
En Tabasco le tocó al PRD sacar al PRI del Palacio de Gobierno con la figura de Arturo Núñez Jiménez, aunque poco duró el gusto a los pocos militantes, quienes fiel seguían en esas filas.
Fueron pocos los perredistas llamados a gobernar junto a Núñez. No fue el único error. El sexenio pasado estuvo marcado por la insensibilidad de algunos funcionarios públicos. Mal desempeño de burócratas, indiferencia de los líderes, pésimas alianzas, en el sexenio pasado cavaron la tumba política del PRD en Tabasco.
Hoy los grupos o las llamadas tribus políticas al interior del PRD se pelean por el cascarón que sobrevive como resultado de su mala administración política.
Esta semana diversos líderes del sol azteca se pronunciaron afuera de las oficinas estatales de ese partido en Villahermosa para exigir la renovación de la dirigencia estatal. No fueron los más adecuados ni los mejores de los que se han quedado.
La lucha ya no es por la mística de servir a Tabasco o resolver los problemas que aquejan al estado. Es la lucha por la sobrevivencia política y los recursos que cada año se entregan a ese instituto. Hasta ahora ninguno de los que se manifestaron muestra un real interés en beneficio de los tabasqueños. Ya se maneja como fecha el mes de abril para intentar la renovación. Nadie sabe quién llegará, pero quien lo haga tendrá la gran tarea de unir a la militancia. Recuperar la confianza del electorado. Convertirse en una oposición responsable y regresar a las calles.
Si se sigue privilegiando el escritorio y los cafés, la grilla sobre el trabajo de campo, el tiempo que mantendrán el registro no será mucho.
HABERES
La secretaria de Energía, Rocío Nahle, dijo que Petróleos Mexicanos podría aplazar hasta 2020 la búsqueda de socios para realizar alianzas que inicialmente, se habían pactado para el mes de octubre. Aseguró que las empresas petroleras solo han invertido 800 millones de dólares en lugar de los miles de millones que se habían ofrecido en un inicio. Esto que parece una presión dejaría al gobierno federal manos libres para reorganizar la industria.