José Martínez
Sobre los resultados de la elección del 2 de junio en el país podemos decir que el ciudadano da la confianza y la quita.
Le da la oportunidad al político y su partido, pero castiga si los resultados no fueron los prometidos. El ciudadano se cansa de las prácticas de aquellos políticos que a pesar de no haber hecho bien las cosas, se enterca y por todos los medios intenta hacerse de nuevo con el poder, tratando de corromper al electorado.
Lo anterior lo deben aprender los jóvenes, ese relevo generacional del que tanto se habla en tiempos de transformación. No lo han aprendido aquellos políticos improvisados o aquellos que se han sacado la lotería o salido triunfantes en la tómbola política. Es decir, hay quienes tuvieron la suerte de servir al pueblo a través de un cargo público y desperdiciaron la oportunidad aprovechando tal posición para sacar provechos personales o partidarios.
El poder político es un privilegio si quien lo ostenta desea servir al pueblo, parafraseando al presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque sea en el encargo público más pequeño. No obstante, si recordamos algunos personajes que en 2018 llegaron al poder gracias al efecto lopezobradorista en las urnas y que fueron un claro ejemplo de lo que no se debe hacer, definen por qué Morena redujo su triunfo en el número de alcaldías, específicamente hablando de Tabasco.
Hubo en esa primera generación de alcaldes morenistas dos que se reconocen con sólo mencionarlos: Chonita Silván (María Asunción Silván Méndez), la exalcaldesa que tuvo que renunciar al cargo por una cuenta pública reprobada, pero más aún porque en Jalapa no cumplió con sus promesas de campaña, pues llegó a la candidatura designada por Adán Augusto López Hernández y no con el respaldo de la militancia morenista.
El segundo personaje también es conocido: Roberto Villalpando, el alcalde macuspanense que renunció echándole la culpa al COVID-19 para evadir los reclamos de falta de obras en lo que iba de su administración. También respaldado por el político arriba mencionado libró las acusaciones en su contra.
Los dos exalcaldes gozan de plena libertad, aunque sólo Chonita Silván asomó las narices para intentar su retorno en el pasado proceso aduciendo que ella no le debe nada al pueblo.
Pero el pueblo no olvida: Jalapa, Nacajuca, y posiblemente Jalpa de Méndez, habrán castigado al partido guinda por causa de sus gobernantes.
HABERES
Desde ahora dejamos de manifiesto que acataremos los resultados que se definan del cómputo distrital. Nosotros confiamos en el trabajo del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana.
Sin embargo, tenemos conocimiento que integrantes del PRD en Jalpa de Méndez, de la candidatura independiente en Cunduacán, y de Movimiento Ciudadano en Paraíso, tienen cercadas las Juntas Electorales. Por ello, hacemos un llamado a las autoridades para que garanticen la integridad de quienes están al interior de las Juntas Distritales, llevando a cabo el cómputo de la votación.