En el beisbol, la superstición no es un capricho: es una segunda piel. Desde Wade Boggs cenando pollo antes de cada juego y escribiendo “Chai” en la tierra con su bate, hasta Turk Wendell cepillándose los dientes entre innings y saltando cada línea de cal como si fueran minas enterradas en la tierra, la historia del diamante está repleta de rituales que bordean la obsesión, como la del peruano-venezolano Jesús Luzardo.
Este jueves por la noche, cuando el zurdo de Phillies, Jesús Luzardo, suba al montículo en el Tropicana Field para enfrentar a los Rays, no será simplemente otra apertura en su calendario. Para Luzardo, cada juego es una coreografía meticulosa de rituales y supersticiones que rayan en lo cabalístico.
Desde que fue adquirido por los Phillies en diciembre de 2024, Jesús Luzardo ha impresionado con una efectividad de 1.94 y un récord de 3-0 en sus primeras siete aperturas, la mejor marca para un lanzador de los Phillies en sus primeras siete salidas desde Roy Oswalt en 2010. Pero detrás de estos números hay una rutina obsesiva que guía cada uno de sus movimientos.
LA AFINIDAD DEL PITCHER POR EL CUATRO Y OCHO
Luzardo, quien porta el número 44 en su camiseta, tiene una afinidad particular por los números cuatro y ocho. “Soy un fanático de los números”, confesó en una entrevista con MLB.com. “Desde pequeño, el cuatro y el ocho me han dado buena suerte”.
Esta obsesión se manifiesta en su rutina previa al juego. Comienza su preparación exactamente dos horas y 20 minutos antes del primer lanzamiento.