Redacción/Avance
Este 2025, las 3 mil 200 familias beneficiarias del Programa Viviendas del Bienestar, vivirán una Navidad diferente. Por primera vez padres e hijos estarán cobijados bajo el techo de un hogar digno y confortable, disfrutando del mejor regalo que el Gobierno del Pueblo, que encabeza Javier May Rodríguez, les pudo haber dado, al contar con un patrimonio propio.
Antes de recibir su nueva casa, las humildes moradas que habitaban, hechas con tablones de madera y rendijas por los cuatro costados, no ofrecía la comodidad mínima, ni el espacio necesario para dar la bienvenida al Niño Dios. Ni el árbol ni el nacimiento encontraban un espacio libre porque apenas si ellos cabían. Si llovía la situación era peor, el agua se filtraba por el techo, las paredes y el piso de tierra se convertía en un lodoso charco, lo que llenaba de tristeza a toda la familia
“No teníamos manera de celebrar. Si llovía, era mejor irse a dormir, y aun así pasábamos frío”, evoca con tristeza doña María Ángeles González, vecina de la ranchería Huimango segunda sección de Cunduacán. Lo que más la acongojaba era ver la tristeza de sus hijas en estas fechas. No es que ella no conociera las carencias, “uno igual lo vivió de niña”, pero sentir ese mismo dolor en la carne de su carne era otra cosa.
“A mis hijas, sus amistades nunca las han visitado, nunca pudieron venir a verla por lo mismo, no había comodidad para eso y ellas se limitaban a ciertas cosas. Cualquier comidita, cualquier fiestecita, no se podía hacer”, recuerda con tristeza sentada afuera de su nueva vivienda; pero su cara se ilumina con una gran sonrisa, al ver orgullosa el arbolito de Navidad que por primera luce en su sala, con luces parpadeantes y esferas rojas y amarillas.
“Ahora es más bonito, ellas pueden traer a sus amigos, ya en familia es más bonito todo. Vamos a tener nuestra primera Navidad y queremos invitar a los vecinitos, a mi hermana, hacer una cenita para que estemos todos juntos” apuntó.
Cual regalo inesperado, la casa cambió su vida: En tan solo un mes, ya duermen tranquilas, cómodas, cada quien en su cuarto. Ya no entra el aire frío por las rendijas, ni los mosquitos, las goteras se acabaron, la alegría y felicidad lleno su hogar. La tristeza de sus hijas desapareció, y la de doña María Ángeles también.
A pocos metros de la casa de color verde de doña María Ángeles resalta otra vivienda nueva del programa impulsado por el Gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez. La acaba de estrenar doña Beatriz Bautista Martínez, y entre los muchos cambió para bien que ha vivido, se encuentra por fin la llegada de la Navidad a su propio hogar.
“Para estas fechas me iba con mis suegros, allá celebrábamos juntos, en mi casa yo nunca la había celebrado. Nunca. Hasta ahora. Me siento orgullosa porque ya estoy en mi casa.
Y tengo donde pasar la Navidad. Voy a invitar a mi familia, que vengan aquí. Ellos no venían porque yo no tenía una casa buena”, explica la madre de familia, sentada en un banco, en medio de la sala.
En el patio techado de la reluciente construcción, se encuentra un triciclo repleto de bolsas de plátanos fritos, palomitas y chicharrones que junto con su esposo venden diariamente. Trabajan duro, sin dejar de pedalear, pero era imposible soñar con una vivienda.
Pero los cambios han empezado al ocupar su nuevo hogar. El día que la estrenó hizo una comida y recibió a sus invitados orgullosa de contar con una casa digna. Para el 25 de diciembre planea un horneadito e invitará a su progenitora, que reside en Cancún. “Será un gran año, má…