Uno de los datos más relevantes señala que Jesús nació durante el reinado de Herodes el Grande, gobernante de Judea bajo la tutela del Imperio romano, las fuentes romanas confirman que Herodes murió en el año 4 antes de nuestra era
Felipe Hernández/Avance
Jesús de Nazaret es el personaje que marca el inicio del calendario occidental, pero la fecha que tradicionalmente se le atribuye a su nacimiento no coincide con lo que indican los estudios históricos. Aunque el año 1 es usado como punto de partida de la era cristiana, los investigadores sostienen que este cálculo difiere de los hechos documentados.
Las principales referencias sobre el nacimiento de Jesús provienen de los evangelios, textos religiosos que, además de su valor espiritual, ofrecen pistas históricas, sin embargo, estos relatos no siempre coinciden entre sí, lo que ha llevado a especialistas a contrastarlos con registros romanos y escritos de historiadores antiguos para aproximarse a una fecha más realista.
Uno de los datos más relevantes señala que Jesús nació durante el reinado de Herodes el Grande, gobernante de Judea bajo la tutela del Imperio romano, las fuentes romanas confirman que Herodes murió en el año 4 antes de nuestra era, por lo que el nacimiento de Jesús debió ocurrir aproximadamente entre el 6 y el 5 a.C.
Otro relato menciona un censo ordenado por el emperador Augusto y administrado por el gobernador romano de Siria, no obstante, este registro está fechado varios años después, cuando Judea ya era una provincia romana. Esta contradicción ha llevado a los historiadores a considerar más fiable la referencia al reinado de Herodes.
El desfase se explica, en parte, por un error cometido siglos después, en el siglo VI, el monje Dionisio el Exiguo propuso un nuevo sistema para contar los años a partir del nacimiento de Cristo, pero sus cálculos no tomaron en cuenta ciertos datos históricos, lo que provocó un desfase de varios años en el calendario actual.
En cuanto al 25 de diciembre, la fecha no aparece en los textos bíblicos, su elección tuvo más relación con estrategias religiosas que con hechos históricos, ese día coincidía con festividades romanas dedicadas al Sol Invicto, una celebración muy popular en el Imperio.
Al adoptar esta fecha, el cristianismo facilitó su aceptación entre los pueblos paganos, así, más que un dato preciso, el 25 de diciembre se convirtió en un símbolo que ayudó a difundir una nueva fe sobre tradiciones ya existentes.
