Documentos históricos de la Iglesia señalan que su festividad se colocó inmediatamente después de la Navidad para subrayar el contraste entre el nacimiento de Cristo y el testimonio de quienes entregaron su vida por esa fe
David Morales/AVANCE
El Día de San Esteban se conmemora el 26 de diciembre dentro del calendario litúrgico cristiano. La fecha recuerda a uno de los primeros diáconos de la Iglesia y es considerada la memoria del primer mártir del cristianismo, cuya historia se sitúa en los inicios de la comunidad cristiana en Jerusalén.
La principal fuente histórica sobre San Esteban se encuentra en los Hechos de los Apóstoles, texto incluido en el Nuevo Testamento. De acuerdo con estudios bíblicos y análisis teológicos avalados por instituciones académicas y eclesiásticas, Esteban fue reconocido por su elocuencia y su defensa pública de la fe cristiana, lo que le valió la persecución y posterior ejecución.
Investigaciones históricas sobre el cristianismo primitivo explican que la muerte de San Esteban marcó un punto de inflexión para la expansión de la fe. Su martirio, documentado en textos patrísticos y estudios de historia religiosa, provocó la dispersión de las primeras comunidades cristianas hacia otras regiones del Mediterráneo.
La conmemoración de San Esteban se integró tempranamente a la tradición litúrgica. Documentos históricos de la Iglesia señalan que su festividad se colocó inmediatamente después de la Navidad para subrayar el contraste entre el nacimiento de Cristo y el testimonio de quienes entregaron su vida por esa fe.
El Día de San Esteban invita a reflexionar sobre el sacrificio, la coherencia personal y la defensa de las convicciones. Más allá del ámbito religioso, la efeméride recuerda el impacto histórico de figuras que, desde los orígenes del cristianismo, influyeron en la configuración cultural y espiritual de amplias regiones del mundo.
