La ciudad comenzó a honrar su nombre desde mediados del siglo XX mediante la creación de una vía principal llamada boulevard Manuel Gil y Sáenz
David Morales/Avance
El nombre Gil y Sáenz forma parte de la geografía histórica de Villahermosa y remite a Manuel Gil y Sáenz, presbítero, escritor y uno de los principales cronistas del siglo XIX. En su obra Compendio Histórico, Geográfico y Estadístico del Estado de Tabasco, publicada en 1872, dejó uno de los primeros registros sistemáticos de la vida social, económica y territorial del estado, motivo por el cual su figura es reconocida como la del primer historiador tabasqueño. Su vida y contribución cultural aparecen ampliamente descritas en el primer tomo de Villahermosa: nuestra ciudad, investigación coordinada por el historiador Geney Torruco Saravia, quien subraya la importancia de Gil y Sáenz como referente intelectual de San Juan Bautista.
La ciudad comenzó a honrar su nombre desde mediados del siglo XX mediante la creación de una vía principal llamada boulevard Manuel Gil y Sáenz. Crónicas recabadas por el mismo Torruco y complementadas por la memoria periodística local señalan que esta avenida fue inaugurada en 1951, en un periodo en el que Villahermosa iniciaba su tránsito de una urbe pequeña y ribereña a una capital con aspiraciones modernas. Aquel boulevard funcionó como una vía estratégica que conectaba la zona tradicional del Centro con los nuevos fraccionamientos que empezaban a expandirse hacia el oeste.
Los cambios urbanísticos de la capital alteraron con el tiempo la nomenclatura original. Las investigaciones periodísticas locales recuerdan que, décadas después, el boulevard Gil y Sáenz dejó de existir como tal y su traza se incorporó al proyecto de Paseo Tabasco, una avenida que se convertiría en eje emblemático de la ciudad y que absorbió buena parte del antiguo corredor dedicado al historiador. Aun así, el nombre pervivió dentro de la ciudad mediante la fundación de la colonia moderna conocida como Gil y Sáenz, también llamada en algunos registros “Gil y Sáenz (El Águila)”, identificada por directorios urbanos como una zona residencial y comercial consolidada dentro del municipio de Centro.
El desarrollo de esta colonia se aceleró durante el crecimiento urbano posterior a los años setenta. Registros de ordenamiento municipal, citados en Villahermosa: nuestra ciudad, explican que muchas zonas periurbanas de ese periodo fueron regularizándose a medida que el ayuntamiento extendía servicios, pavimentaba calles y formalizaba asentamientos que antes eran únicamente trazos de expansión. Gil y Sáenz se integró a este proceso, adoptando la estructura vial y los servicios urbanos que hoy la caracterizan.
La evolución de la colonia también ha enfrentado retos contemporáneos. Reportes periodísticos señalan que en 2018 los habitantes advirtieron sobre fugas de agua no atendidas, lo que evidenció la necesidad de mantenimiento constante en una zona que, aunque consolidada, todavía depende de un sistema de servicios urbanos que envejece. En 2025 la colonia llamó nuevamente la atención pública luego de que sus celebraciones de carnaval terminaron en una riña masiva, un episodio que reflejó tensiones sociales presentes en varios asentamientos urbanos del municipio de Centro.
A pesar de estos altibajos, la presencia del nombre Gil y Sáenz en la ciudad mantiene viva la memoria de una figura histórica esencial para Tabasco. En su obra de 1872, Manuel Gil y Sáenz ya advertía sobre la importancia de conservar la identidad local a través del conocimiento y la documentación del territorio. Con el paso del tiempo, la ciudad que lo vio nacer transformó su nombre en un punto de referencia urbano que reúne historia, crecimiento, memoria y los retos propios de la vida metropolitana de Villahermosa.
