Por David Morales/Avance
La posibilidad de cargar dispositivos sin cables y sin contacto físico dejó de ser una idea futurista para convertirse en un desarrollo tecnológico real. Wi-Charge, empresa fundada en 2012 en Israel, trabaja desde hace más de una década en un sistema de transmisión de energía inalámbrica que utiliza luz infrarroja para alimentar dispositivos electrónicos a distancia, dentro de espacios cerrados.
A diferencia de la carga inalámbrica tradicional basada en inducción, que exige contacto directo o superficies específicas, la propuesta de Wi-Charge consiste en instalar transmisores de luz infrarroja en techos o paredes. Estos emisores envían un haz de energía dirigido de forma precisa hacia un receptor integrado en el dispositivo, el cual convierte la luz nuevamente en electricidad utilizable.
La compañía explica que el sistema opera únicamente cuando existe línea de vista directa entre el transmisor y el receptor. Si una persona u objeto interfiere en el trayecto del haz, la transmisión se detiene de inmediato, una medida diseñada para cumplir con los estándares internacionales de seguridad. La tecnología ha sido evaluada bajo regulaciones de organismos como la FDA en Estados Unidos y certificaciones eléctricas y de telecomunicaciones como UL y FCC.
Wi-Charge no apunta al uso masivo en teléfonos inteligentes de alto consumo, al menos por ahora. Su enfoque principal se centra en dispositivos de bajo consumo energético como sensores, cámaras de seguridad, cerraduras inteligentes, controles remotos, señalización digital y equipos del ecosistema IoT. En estos casos, la posibilidad de recibir energía constante sin cambiar baterías ni tender cableado representa una ventaja operativa y económica.
El desarrollo ha sido reconocido en distintos foros tecnológicos internacionales. La empresa ha recibido múltiples premios de innovación en el Consumer Electronics Show durante varios años consecutivos, lo que ha contribuido a posicionarla como uno de los proyectos más avanzados en el campo de la energía inalámbrica a distancia. En 2025, Wi-Charge anunció una ronda de financiamiento de 20 millones de dólares destinada a ampliar su capacidad de producción y acelerar la adopción comercial de su plataforma
Las pruebas realizadas en entornos reales han mostrado que la eficiencia energética del sistema es menor en comparación con la carga por cable. Sin embargo, especialistas señalan que este factor resulta secundario en aplicaciones donde el consumo es bajo y la prioridad es la autonomía continua del dispositivo. También se reconoce que los costos de instalación y la necesidad de infraestructura específica limitan, por ahora, su implementación a espacios comerciales, industriales o residenciales de alto nivel tecnológico
Wi-Charge representa un paso concreto en la búsqueda de alternativas al cableado tradicional y a la dependencia de baterías desechables. Su propuesta no busca reemplazar de inmediato los métodos convencionales de carga, sino abrir una nueva vía para alimentar dispositivos en entornos inteligentes, donde la energía, literalmente, puede viajar por el aire.
