En México la festividad no es tan extendida como en Europa del Este o el norte del continente, pero forma parte del calendario litúrgico de diversas comunidades católicas que reconocen en San Nicolás. (FOTO: DM)

La historia ubica a Nicolás en la región de Licia —actual Turquía—, donde ejerció como obispo de Mira. Documentos patrísticos y estudios bizantinistas muestran que su figura adquirió relevancia a partir de relatos que destacaban su generosidad

David Morales/Avance

Cada seis de diciembre distintas tradiciones cristianas recuerdan a San Nicolás de Mira, un obispo del siglo IV cuya vida quedó registrada en textos hagiográficos antiguos y en estudios históricos sobre las iglesias de Oriente. Las fuentes más citadas, como los escritos preservados en la Bibliotheca Hagiographica Graeca y las investigaciones de la Universidad de Oxford sobre cristianismo primitivo, describen a Nicolás como un líder religioso conocido por su defensa de los más vulnerables, su intervención en favor de niños y su ayuda secreta a familias pobres.

La historia ubica a Nicolás en la región de Licia —actual Turquía—, donde ejerció como obispo de Mira. Documentos patrísticos y estudios bizantinistas muestran que su figura adquirió relevancia a partir de relatos que destacaban su generosidad, como el episodio en el que entrega bolsas de oro de manera anónima para evitar que tres hermanas cayeran en la esclavitud por deudas familiares. Estas narraciones circularon ampliamente en manuscritos medievales y cimentaron su reputación como protector de la niñez.

Con el paso de los siglos, su culto se expandió por Europa. Registros históricos del monasterio de Bari documentan la llegada de sus reliquias a Italia en el año 1087, hecho que impulsó aún más su veneración occidental. Desde ahí, la iconografía de Nicolás comenzó a mezclarse con tradiciones locales hasta dar origen a figuras como Sinterklaas en Países Bajos, que más tarde influiría en la creación cultural de Santa Claus en América del Norte.

En México la festividad no es tan extendida como en Europa del Este o el norte del continente, pero forma parte del calendario litúrgico de diversas comunidades católicas que reconocen en San Nicolás un símbolo de servicio silencioso y solidaridad. La conmemoración del seis de diciembre recuerda esta tradición antigua de ayuda al prójimo, una historia que mantiene vigencia en un mundo donde la generosidad sigue siendo un valor necesario.