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CAE CHIVAS EN SU CASA

Tiburones vence 2-0 a las Chivas en el estadio Omnilife, con goles de Christian Marrugo y Ángel Reyna

AGENCIA
REDACCIÓN
GUADALAJARA, JAL.- Es un Ángel exterminador. Y para liquidar el encuentro, sólo necesita una oportunidad. Tiene la paciencia de un tiburón al acecho de su presa. Aguarda el momento justo. Ve en ese largo pelotazo la opción ideal. Reyna está listo para acabar con el Guadalajara.
Dentro del área saca todas sus cualidades. Recorta y deja tendido a Héctor Reynoso. Define con solvencia. Al fondo. El 2’0 definitivo para Veracruz, en casa de Chivas. Y el festejo de Ángel Reyna recuerda esa opción que ha cazado. “¡Una. Una. Una!”, grita repetidamente. Es un depredador.
El Estadio Omnilife acaba de cumplir tres años de vida. En el futbol, para una celebración de este tipo, el triunfo en la cancha es el equivalente al pastel con sus respectivas velas. El Rebaño Sagrado sale a buscarlo, pero a pesar de un inicio medianamente prometedor, cae muy pronto, durante la primera parte, en viejos defectos.
A lo largo de 36 meses, Chivas ha disfrutado de un escenario de primer mundo. Cuenta con todos los servicios. Los vestidores son cómodos y funcionales. Los palcos resultan un lujo. Hay pantallas hasta en los baños. Pero falta lo más importante: victorias. Son ya tres años en los que el cuadro tapatío no puede hacer que su casa pese.
Quiere romper con esa historia. La escuadra que dirige Benjamín Galindo desea, al menos en el festejo de tercer aniversario, un resultado positivo. Y lo demuestra muy pronto. Corre apenas el primer minuto cuando la pelota atraviesa el área hasta donde Michael Pérez, incómodo, llega para rematar. El arquero Leonín Pineda salva al Veracruz.
Pero en tres años, hay defectos que el Guadalajara no ha podido corregir. La defensa, por citar un ejemplo, comete desatenciones que cuestan. En el futbol, los errores se pagan muy caro. Y basta un instante de desconcentración es suficiente.