La situación en la Sierra y la Frontera de Chiapas es desesperante por las acciones de los grupos criminales que pelean por el territorio, que “van y vienen” ante la indiferencia y la aparente complicidad del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional, advirtió la diócesis de Tapachula.
La jerarquía católica afirmó que es muy complicado vivir en ese contexto, por un lado “secuestrados en casa propia” y obligados a hacer lo que no deben, con un profundo sentido de impotencia ante lo incomprensible de la situación que viven.
Es decir, quienes integran los carteles que disponen de la población; por el otro, la presencia de la Guardia Nacional y del Ejército mexicano “que hacen nada por la población” a la que ven sufrir diariamente.
Al rezago y la pobreza ancestrales que han padecido los pobladores de aquellas zonas ahora tienen que vivir “secuestrados” en sus terruños.
Así como pagar el derecho de piso al cártel determinado y estar sometidos por turno para participar en los retenes con el riesgo de padecer agresión o multa ante la negativa.
En el documento suscrito por el obispo emérito de Tapachula y arzobispo electo de León, Guanajuato, Jaime Calderón Calderón, y otros clérigos, destacó también que la población agraviada debe pagar a precios muy altos los productos expendidos.
Aunado a que de sus utilidades deben obtener la cuota para mantener su trabajo.
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