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¿DÓNDE ESTÁN LAS MUJERES?

FELIPA NERY

“Yo no enseño a mis alumnos, sólo les proporciono
las condiciones en las que puedan aprender.”
(AlbertEinstein)

El periodista Ricardo Alemán preguntaba ayer, ¿dónde están las mujeres para salir en defensa de la dignidad de Elba Esther?. Y no lo hacía en son de burla, sino con mucha formalidad, porque señalaba además, que a pesar de todos sus errores y fallas, fue ejemplar en muchos aspectos de su desempeño como política y mujer del poder. La verdad es que en mi caso muy particular, considero que esta acción que ha emprendido el Estado mexicano en contra de la ex dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, no se trata de una persecución por el hecho de ser una mujer, sino que es una acción en contra de una persona que abusó de su poder y  desafió al Estado que la creó. Efectivamente, escaló posiciones importantes en la política y en el poder, pero lo hizo en base a los recursos económicos del sindicato de los maestros y por la representatividad y  fuerza que estos representan, a los que utilizaba para amenazar al gobierno con provocarle una desestabilidad llevando  a la calle a los maestros a protestar en contra de la reforma constitucional educativa que pretende mejorar la calidad de la educación que reciben los niños misma que es tan precaria, que los pequeños no tienen la capacidad de sobresalir, porque muchos maestros no tienen la preparación  debida y se niegan a capacitarse para estar en condiciones de brindar una mejor educación, y debido a que la reforma constitucional condiciona la permanencia de los maestros en sus puestos de trabajo, a que se capaciten y sean examinados, entonces la profesora se puso al frente de este ejército de más de un millón de profesores del país, para declararse su guerrera defensora, pero no tanto para que no le fueran a despedir a ningún maestro, sino porque su permanencia al frente de ese sindicato le permitiría continuar usufructuando los millones de pesos que mensualmente recibía de las cuotas, y disfrutar de viajes, placeres de comida, vestidos, zapatos y tantos lujos que se daba, además de mantener el poder de su Partido Nueva Alianza, por ello tenía que seguir manteniendo su posición a mujer soberbia, arrogante, decidida, “guerrera”. Se atrevió a desafiar al Estado, no midió las consecuencia, se quiso pasar de lista, no entendió sus limitaciones, ni todos los errores en los que había caído y todos los motivos que tenía el Estado para quitarla si así se lo proponía.  Jamás había mostrado debilidad en su salud, “¿cómo me ven?”, “yo estoy muy bien”, habría dicho en octubre a los periodistas que la interrogaron en torno a la posibilidad de dejar el SNTE en el Congreso que en días próximos se celebraría en Cancún, sin embargo, no hubo tal intento, pues al igual que en congresos anteriores, donde había regalado hasta camionetas Hummer a los líderes de las secciones sindicales, para mantenerse en el poder, en Cancún al momento de registrarse, cada uno de los congresistas recibieron sus laptos y ipads, por lo que al momento de arrancar el Congreso, al unísono, todos los maestros coreaban: “te queremos Elba, te queremos”… y cómo no la iban a querer, si compartía con ellos, migajas de los millones de pesos de cuota que ella disfrutaba… Sin duda pues que Elba Esther fue un ejemplo, que las mujeres no debemos de seguir. Si bien es cierto que muchas mujeres hemos levantado la voz y luchado por la igualdad entre los hombres y mujeres, quienes llegan a las posiciones políticas no deben actuar de la misma forma abusiva que lo han hecho muchos hombres, sino que sus conductas deben ser verdaderamente ejemplares, para que no terminen dando pena, como hoy ocurre con esta mujer que fuera tan poderosa, y hoy se queja de ser una mujer enferma y de edad avanzada, pero hace unos días  decía: “ni amenazas, ni nada me van a intimidar. Para morir nací. Quiero morir con un epitafio: ‘Aquí yace una ‘guerrera’; como ‘guerrera’ murió”.