Luis García
Tal como se había pronosticado el pasado lunes dio comienzo la campaña de las corcholatas por todo el país, para dar a conocer sus propuestas y salir mejor posicionados en la encuesta que realizará el partido Morena y quién tenga la más alta popularidad será ungido en septiembre, como candidato o candidata de ese partido a la presidencia de la República, en el 2024.
Los cuatro principales aspirantes han realizado importantes eventos desde distinto espacios y entidades de la República y de acuerdo con sus propios coordinadores de redes sociales, quien se llevó el primer día es el tabasqueño López Hernández, pues en Vallarta y en Guadalajara en la sede de la Universidad pública fue recibido como candidato y ya casi como el ganador de la contienda interna de Morena.
Los también llamados coordinadores de la Defensa de la Cuarta Transformación, han revolucionado sus discursos para no caer en actividades ilícitas que puedan ser tipificadas como actos anticipados de campaña, sin embargo, la realidad es que cada paso que dan es un movimiento en falso, pero al final será el INE, quien califique su proceder
Pero de todo lo anterior me parece importante analizar la propuesta que hiciera Marcelo Ebrard Casaubón de crear la Secretaría de la Cuarta Transformación y que está sea encabezada por Andy López Beltrán, o sea el hijo del actual gobernante. Una propuesta a todas luces, fuera de todo sentido de ubicación y que deja muy mal parado a quien se pensaba era la mejor opción, por su experiencia y capacidad de liderazgo, pero vaya que la “cajeteó” en su primer día.
Y en verdad no sabemos porque el ex canciller se fue tan directo en su primer día, que lo único que dejó ver es su necesidad de quedar bien con el presidente Obrador a grado tal de hacer esa propuesta, misma que por la tarde noche fue rechazada por el propio Andy López Beltrán.
En el documento enviado por el hijo de López Obrador a Marcelo se lee lo siguiente: “(…)Aunque agradezco tu generosa oferta, prefiero mantenerme al margen y rechazar la misma para que no pueda ser utilizada en favor o en contra de ninguno de nuestros compañeros que, de manera legítima, trabajan también por liderar la defensa de la cuarta transformación del país.” Sopas, el trancazo demoledor.
Y para rematarlo ayer mismo el propio presidente, expresó en la mañanera que: “Todos los que están participando merecen nuestro respeto, no será el Presidente el que va a decidir, será la gente, porque esa es la auténtica democracia, mi familia cercana mis hijos, mi esposa Beatriz, no nos metemos en nada en este proceso”.
Qué le paso a Ebrard, en verdad no se puede saber, quizás es la desesperación, repito, por quedar bien, o quizás por sentir que no va muy bien como el resto de sus compañeros, quienes, por cierto, esbozaron una sonrisa maléfica cuando se informaron de la propuesta.
La pregunta es ¿en qué lugar deja a Marcelo la respuesta?, en último lugar de los aspirantes. Esperemos que sus próximas propuestas sean realmente las que el país necesita. No acciones sacadas de la manga y que sólo sirven para hacerlo quedar mal ante la clase política y la sociedad misma.
Ebrard Casaubón es un político inteligente que puede proponer cambios en la política internacional, en la economía, fortalecer lo que ha estado realizando el actual gobierno de la 4T, pero no debe desesperarse cuando vea en las redes sociales como el otro tabasqueño va caminando de manera muy fuerte, o cuando la ex jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum se reúne con las mujeres indígenas de Oaxaca. Cada uno trae sus estrategias y de eso Marcelo debe estar consciente.
Debe recordar que la desesperación y los malos consejos de sus estrategas no llevan a nada bueno, antes de decir las cosas se tienen que pensar, analizar, debatir eso lo sabe perfectamente Ebrard. Un error lo tiene cualquiera, fue un tropiezo en su campaña, le toca ahora remediarlo para que no se convierta en un verdadero cráter.
DE SALIDA. Luisa María Alcalde es una mujer aguerrida, pero sin experiencia política suficiente, pero seguramente es el perfil que desea el mandatario. Tenía mejores cuadros dentro de la misma dependencia, como es el caso de Alejandro Encinas y no lo dejó. Sólo el puede saber que está tramando en su cabeza llena de política…
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