Luis García
Un día antes el presidente de México, lo había alabado, defendido a capa y espada, como el último paladín de la democracia. Haciéndolo ver como una persona que podría dirigir los destinos de nuestro país, claro, si Claudia no estuviera primero en sus sentimientos. No sabremos que motivo paso por la mente del gobernante al darle su apoyo a uno de los peores gobernadores que ha tenido Nuevo León y que en un lapso tan corto lo ha demostrado.
A las siguientes horas Samuel García se encontraba gobernando de nuevo su entidad, como si algo muy fuerte lo estuviera atrayendo a continuar en la misma posición. La decisión cameral de que el PRIAN volvería a gobernar la entidad y seguramente una llamada de alguien de la CDMX para que no lo permitiera, más las cuestiones legales para dejar el cargo, hacían que Samuel diera a conocer con todo el dolor de su alma que regresaba a gobernar Nuevo León. Se provocaba así un cisma dentro del partido Movimiento Ciudadano.
Cuando todo parecía miel sobre hojuelas para este joven gobernador, se despertó del sueño de manera repentina, un sueño que comenzaba a convertirse en pesadilla, pues el Congreso de su entidad, al ver que no existía control político, decidió mover sus piezas y al final imponer a un priista para sustituir a Samuel García. El grito fue inánime en la capital de la República, ¡NOOOOOOO!, era un no con toda la fuerza que tiene la izquierda mexicana en el poder. Tendrían que sacrificar a su niño adorado, para evitar que lo más odiado por ellos regresará a gobernar, aunque sea por un corto tiempo, una entidad donde se ha invertido de manera especial.
Lo más fácil hubiera sido que Samuel, continuará su campaña, permitir un año de gobierno priista-panista, regresar terminando la presidencial, porque al final tenía que regresar, meter preso a quién fuera necesario, si es que se encontraban irregularidades, porque bueno, el cargo de gobernador es irrenunciable y solo una falta grave podría sacarlo de ahí y este joven no ha cometido una falta de ese tamaño, a menos que ser incompetente, lo sea, pero entonces cuantos gobernadores estarían echados de patitas en las calle.
Sin embargo, las circunstancias, colocaron al niño Naranja, en posición contraria a la candidatura presidencial, ahora el problema es para Dante Delgado que en este momento sigue pensando, “seré yo Señor”, “usted cree, Señor, que soy yo”, “porque si es así, pues me sacrifico”.
Claro, que, si le prestarán a Marcelo Ebrard para salir del atolladero pues en verdad que a Movimiento Naranja no le caería mal la idea, lógico con la aprobación del que manda en Palacio Nacional, pues todo el que conoce de política, sabe que Dante recibe línea directa de Obrador, se conoce que este personaje que formó el MC, lo hizo para negociar con el poder, no por ideologías, ni nada por el estilo.
El problema es que Marcelo sabe que se vería mal, de aceptar, ya desde el show que armó por el triunfo de Claudia Sheinbaum y luego de regresar a sellar lo que él calificó “un acuerdo político”, se le ve como poco confiable. Solo quedó en la mente de los miles que lo seguían, alguien que congenia con la broza, con el pueblo. Pero que no piensa igual.
La idea era que Samuel García le robara votos al PRIAN en la presidencial, y permitir que Movimiento Ciudadano obtuviera un mejor lugar en la Cámara de Diputados, en el Senado, y por consiguiente posicionarse en el segundo lugar de las preferencias. Tendrá Dante que esperar otro momento. Lo único que pide es que los siguientes seis años y meses, pasen rápido, muy rápido.
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