La fuerte sequía que se manifiesta en la geografía ha provocado que tanto el río Usumacinta, como otros cuerpos de agua se sequen, afectando a más de 32 mil habitantes que viven en 108 rancherías del municipio.
Francisco González López, líder del sector campesino, destacó que el afluente es el más caudaloso del país, sin embargo, hoy contrasta con la inundación de hace casi seis meses que arrasó el 99 por ciento de la demarcación, debido a que luce muy por debajo de sus niveles.
Explico, que las altas temperaturas arriba de los 40 grados a la sombra que padece y la ausencia de lluvias comenzaron hacer estragos en esta comuna; a lo largo de 24 kilómetros que mide el río San Antonio, un brazo del “Mono Sagrado”, 15 kilómetros de un tramo, se han convertido en enormes playones, afectando principalmente la actividad pesquera en la zona, pues se están dejando de capturar cerca de nueve mil kilos de especies como la mojarra tilapia, la castarrica y el róbalo.
“Mientras que la agricultura y la ganadería también se han visto severamente impactadas por la sequía, pues el agua para riego y, la potable que es para consumo doméstico es muy escasa porque el citado río prácticamente se está secando”, afirmó Efrén Correa García.
El originario de Boca de San Antonio señaló que más de 32 mil pobladores que habitan en la cabecera, seis colonias populares y 108 comunidades, padecen el desabasto y baja presión del vital líquido en sus hogares, debido a la reducción en un 70 por ciento de la producción, como consecuencia del bajo nivel que registra por el Usumacinta, por la temporada de estiaje.
Por su parte el subdirector del Sistema vde Agua, Juan Luis Escalante Gil reconoció que el descenso de los niveles de los ríos, es un problema de la temporada de estiaje, sin embargo, su principal preocupación es que esta situación que se recrudece en la demarcación.
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