POR: José Martínez
Don Enrique González Pedrero es uno de esos tabasqueños ejemplares, de los podríamos decir que se parecen a los clásicos: a pesar de los años aún lo siguen citando, consultando, y es una referencia en diversos temas, ya sean políticos, sociales o culturales.
Nació en Villahermosa, Tabasco, el 7 de abril de 1930. Realizó su licenciatura en Derecho en la UNAM y la especialización en Sociología, Economía y Ciencia Política, en La Sorbona de París.
Fue gobernador del Estado de Tabasco de 1983 a 1987, tiempo en que floreció la cultura en nuestra entidad con propuestas como el Teatro Campesino e Indígena, el impulso a las bibliotecas públicas, los famosos Centros Integradores que se niegan a morir, propuestas pioneras en materia de ordenamiento territorial.
Una de las características de su gobierno fue que en diversas dependencias estatales se promovió la investigación desde y para la comunidad. En esta faceta de su gobierno contó con el apoyo de especialistas nacionales y un centro de investigaciones. Rompió los moldes de un localismo paralizante; abrió Tabasco al mundo.
González Pedrero ha sido director de la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, que elevó al rango de facultad; senador, embajador, asesor en políticas nacionales, hombre de ideas progresistas que se mantuvo en el PRI mientras ese partido representó el ideario de la Revolución Mexicana; ha colaborado con los movimientos de izquierda en México y Latinoamérica.
Con reconocimientos públicos en múltiples ocasiones. Esta semana el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), le entregó el Doctorado Honoris Causa, en la Ciudad de México.
En un evento al que asistieron distinguidas personalidades de la política, empresarios e intelectuales, entre ellos el gobernador Arturo Núñez Jiménez, quien señaló sentirse orgulloso de que el INAP reconociera a su paisano.
Esta es la segunda ocasión en la que Núñez Jiménez participa de forma directa en el reconocimiento a González Pedrero, la primera fue al entregarle el Premio Estatal de Administración Pública ‘Lic. Mario Trujillo García’, en Villahermosa, el año pasado, a iniciativa de Ángel Solís Carballo, actual titular de la Setab.
Al recibir el Honoris Causa, recordó González Pedrero los constantes viajes realizados a causa del trabajo de su padre durante su niñez, lo que le permitió conocer diferentes lugares, maestros y escuelas de la ciudad de México, Guerrero y Tabasco; en ellas se formó hasta llegar a la Facultad de Derecho de la UNAM, donde por sus cualidades logró obtener, en su segundo año de carrera, una beca para estudiar en Francia.
Allá se casó con la escritora Julieta Campos. Ha tenido una vida productiva académica, intelectual y política. Es autor de diez libros y maestro de varias generaciones.
Don Enrique, como lo llamamos con afecto, es un hombre que valora la amistad y el conocimiento.
Honor a quien honor merece, Don Enrique González Pedrero. Un personaje que decidió ser en vez de tener. El tabasqueño que cuando viene a estas tierras se abraza de una ceiba, para sentir en su piel el calor de la vida y sus raíces.
Por cierto que ayer se recibió la quinta generación de la maestría en Políticas Públicas del IAP tabasqueño. Felicidades.
HABERES
En el Estado de México sigue la polémica por la pasada elección. Andrés Manuel López Obrador dijo que no aceptará lo que él llamó un fraude electoral, y sostuvo que pedirán el conteo de voto por votos en todas las casillas. En Coahuila, una coalición encabezada por el PAN anunció jornadas de resistencia civil.
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