José Martínez
El presidente Andrés Manuel López Obrador visitará hoy la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Paraíso. Sería una visita de supervisión, y posteriormente acudirá a Minatitlán, pues tiene como objetivo ampliar la capacidad de refinación del petróleo por parte de Pemex.
La meta es que antes de que termine el sexenio, ya el año próximo 2024, México sea autosuficiente en la producción de sus combustibles. La compra de la planta Deer Park, en Estados Unidos, fue un gran acierto en este proceso, afirmó Octavio Romero Oropeza, titular de Pemex.
Ahora la prioridad es terminar y echar a andar la refinería Olmeca, que sería la octava en la cuenta de la industria petrolera nacional.
Aunque también el presidente ha sido muy enfático en el combate a cualquier desvío o acto de corrupción. Más todavía en un proyecto en donde se maneja mucho dinero. Para la refinería de Dos Bocas van autorizados ya unos 12 mil millones de dólares; se estima que se requerirá más financiamiento para que eche a andar. Los adversarios de AMLO están a la espera de cualquier error.
Por esos no resulta extraño que la Fiscalía General de la República haya citado a comparecer a Leonardo Cornejo, hombre de confianza de Rocío Nahle, y subdirector de proyectos de PTI (Pemex Transformación Industrial), bajo control de la Secretaría de Energía y responsable de la construcción de la refinería Olmeca. Fuentes de este escribidor confirmaron que Cornejo debe aclarar algunos asuntos detectados por la contraloría interna.
Uno de los consejeros independientes en Pemex más interesado en el manejo del dinero es Lorenzo Mauricio Meyer, hijo del historiador Lorenzo Meyer.
Este último, por cierto, presentó el miércoles en la capital del país su libro “Nacionalismo petrolero en México”, con la presencia del director de Pemex Octavio Romero Oropeza.
La primera edición de esta obra de Lorenzo Meyer fue en 2009, aunque se trata de un trabajo que se publicó por primera vez en 1968 bajo el título de “México y Estados Unidos en el conflicto petrolero, 1917-1942”.
Interrogado en aquella ocasión por el diario La Jornada, el historiador por El Colegio de México comentó:
“El reto es que la clase política mexicana y la elite del poder mexicana han decidido desde 1980 que realmente el nacionalismo tal y como se fue formulando en México desde el siglo XIX ya no es necesario, que es un problema y un obstáculo al México que ellos han prometido, pero que no han logrado: un país muy moderno, integrado al mercado mundial y a la globalización.
Y según esa elite, estos fantasmas del pasado, como tener el control directo del petróleo, no ayudan, son adherencias históricas que ya debieron de haberse quitado”.
Es también una respuesta a la desnacionalización que se propusieron Felipe Calderón (PAN) y Enrique Peña Nieto (PRI), que busca revertir López Obrador (Morena) para que el petróleo “sea palanca de desarrollo y de soberanía”.
HABERES
En Tabasco el Partido Acción Nacional pretende recuperar su representación política con una dirigencia hecha y derecha. Esta difícil tarea le tocará a Jemima Alonso, la única aspirante que se anotó para presidir el CDE panista.
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