José Martínez
Una cultura ambiental identifica a un pueblo. Lo hace ver en orden, organizado y desarrollado. Aprovechar estas ventajas no son casuales. Son producto de una disciplina y dedicación en su práctica.
El tema ambiental en nuestro país se maneja desde hace muchos años. Campañas van y vienen para salvarnos de la contaminación, pero muy poco se ha podido lograr.
Tenemos serios problemas con el agua, bosques, basura, incendios, el mal uso de los drenajes y cuerpos lagunares. Aquí en Tabasco se presentan algunos de esos casos.
Los ciudadanos en su mayoría reclaman, señalan, levantan la voz, pero muy pocos actúan, o se involucran para hacer algo en serio.
Ayer circuló en los medios informativos que la Coordinación Nacional de Protección Civil y representantes de los tres órdenes de gobierno, se reunieron en el Ayuntamiento de Centro para impulsar el Programa de Limpieza y Saneamiento Ambiental 2022, que permitirá garantizar la prevención de riesgos de desastres.
Los acuerdos que se tomaron fueron implementar el citado programa con el propósito de involucrar a ciudadanos en acciones que contribuyan a evitar afectaciones severas durante inundaciones, comenzando por no arrojar desechos sólidos en calles y cuerpos de agua.
Yolanda Osuna, alcaldesa de Centro, señaló una verdad absoluta, que es la de involucrar a los ciudadanos. Es decir que desde ese origen haya una participación para darle más fuerza al proyecto, porque de nada sirve que las autoridades planeen, organicen, si la materia prima está distraída en el tema.
Y viene un ejemplo que llama poderosamente la atención: la crisis del agua. La entidad la padece, quizás no a un grado extremo, pero su margen puede ser mayor en caso de no atender el problema.
Ayer, el municipio de Monterrey, Nuevo León anunció que para la semana mayor no se podrán usar las albercas públicas porque hay una falta de agua en ese lugar. La situación es seria, contundente.
En la entidad aún no se llegan a esos extremos preocupantes, pero es una buena forma de empezar a relacionar lo que desea hacer el gobierno en sus tres órdenes, donde se quiere incluir a los ciudadanos.
Si todo da resultado, los estilos de vidas empezarán a cambiar, sobre todo con esta generación que sufre de un atraso en la educación por la pandemia.
Las acciones en pro de lo ambiental deben irse sembrando, porque más adelante se podrán ver los frutos como resultados positivos.
HABERES
Ayer en el congreso local, la diputada por el PRD, Joandra Monserrat Rodríguez, comentó un punto de acuerdo, donde solicitó a los entes de gobierno que por lo menos un dos por ciento de su plantilla laboral sea ocupado por personas con discapacidad. En este sentido se han manifestado también legisladoras como Ana Isabel Núñez (PRD) y Casilda Ruiz (MC).
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